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Sobre la Economía Popular Alternativa

category venezuela / colombia | economía | non-anarchist press author Tuesday January 05, 2010 20:38author by El Cachicamo Report this post to the editors

El sentido de importancia de este escrito, se encuentra en la urgencia de invitar a quienes hoy luchan por la emancipación humana, a retomar la senda fracturada en la década del 60 y 70, por la cual los procesos revolucionarios del continente caminaban, irradiados por el pensamiento propio latinoamericano, hacia iniciativas de economía alternativa al sistema económico capitalista.


Sabemos que el proceso de emancipación de la vida, no se supera con la superación del capitalismo, estos son procesos simultáneos y sucederán a la superación del capitalismo, lo cierto es que romper el capitalismo como sistema económico es una urgencia hoy que se emprende en lo cotidiano, dado que este sistema no es solo económico sino que se parece a una maquina permanente de reproducción de las prácticas, las costumbres, las valoraciones, las lecturas de la vida en sociedad, los comportamientos de las gentes, para los intereses de los poderosos. Es aquí donde la economía popular alternativa juega un papel central, dado que transforma desde el mismo espacio cotidiano de relaciones en el trabajo, las prácticas, relacionamientos con los demás, valores y valoraciones, reforzados en las mujeres y hombres desde su nacimiento.

Siglo XX, siglo del aprendizaje

América latina ha transitado, desde la segunda mitad de la década del 50 del siglo XX, un proceso histórico de transformaciones importantes, que dejaron en su recorrido tareas iniciadas y mucha riqueza en la producción de conocimiento y de experiencias. Este gran periodo puede dividirse de manera muy general en tres momentos, en el último del cual nos hallamos.

i) Auge del movimiento popular

De los trabajadores ligados a las nuevas realidades de la industrialización; de las luchas cívicas y los procesos de transformación revolucionaria, comprensión de la lucha de clases que llevo a poner en cuestión el patrón hegemónico de poder del capital, esto es la comprensión y practica de la lucha revolucionaria. Un proceso de reorganización global del poder derivado de la crisis de los años 30 y sellado violentamente por la segunda guerra mundial, que permite tres décadas de acumulación económica con distribución del ingreso para los trabajadores, por la vía del trabajo asalariado (pacto capital-trabajo), con el objeto de dinamizar la economía mediante el consumo en masa y como mecanismo para frenar el avance del socialismo. El estado se convierte en un actor regulador de la economía y propulsor del bienestar social para sacar al capital de su crisis.

ii) Un segundo proceso: De crisis económica

Desde mediados de la década del 60 que estalla en 1973 con la crisis asiática, enunciando claramente la imposibilidad de construir un capitalismo con rostro social. Se establece como freno al ascenso de la lucha social, la implementación de dictaduras en el cono sur, que impone violentamente un reflujo de las expresiones sociales y políticas de transformación democrática y revolucionaria. El capital de nuevo establece salidas violentas a su crisis recurrente y allana el camino para implementar sin barreras todo el paquete de reformas pro mercado, este momento mostró con crueldad el carácter de clase del Estado al servicio del capital.

El modelo neoliberal fue implementado con la receta del consenso de Washington sin capacidad de resistencia popular, se desarrolla un proceso contrarrevolucionario profundo que debilita la capacidad de lucha social, se presenta una derrota histórica para el movimiento revolucionario y la moral de muchos luchadores se debilita hasta el punto de asimilar los paradigmas anti-revolucionarios y pro mercado.

iii) Un renovado proceso de ascenso de la luchas

Por la democratización de los regímenes políticos a partir de la segunda mitad de la década del 80 y un cuestionamiento, desde la segunda mitad de los noventa, a la implementación e impacto social de la aplicación de las políticas neoliberales, el ascenso de movimientos sociales de nuevo tipo y la lucha por y desde los territorios ante el resquebrajamiento del aparato productivo y del espacio de organización fabril, el retorno a las discusiones sobre la salida socialista a la crisis civilizatoria presente, el retorno a los rumbos que se cortaron con el proceso contra revolucionario de los 70, la comprensión enriquecida por las luchas sociales, de un sujeto social y político popular como actor de las transformaciones.

La llamada década perdida –de los 80- por el deterioro de todos los indicadores de mejoría económica y bienestar de la población lograda en los 30 gloriosos, afronta la crisis de una deuda externa contraída ilegítimamente, con entidades financiera internacionales, permitiendo profundizar de golpe la receta neoliberal del capital financiero, a través de las políticas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, con ello se debilita el intervencionismo de Estado, se modifican las legislaciones hacia la desprotección de los trabajadores, se desestimula las economías nacionales por modelos de economía inter y transnacionalizadas, se aplica el dogma de mercado, se ponen en oferta los recursos naturales. Hoy estamos inmersos en una crisis no resuelta por la vía del capital, que es una oportunidad concreta para virar al rumbo de los pueblos.

En este gran ciclo muchos son los nuevos retos, los aprendizajes, y también muchas las experiencias, no recuperadas aún para la clase trabajadora, que es necesario retomar donde no nos dejaron continuarlas. Una de las tareas, abruptamente cortada, es la implementación de iniciativas de economía popular alternativa, en el seno de procesos organizativos de base y en ambientes o espacios sociales de transformación, como forma de transformar al capitalismo resolviendo necesidades concretas.

La destrucción del trabajo enajenado

La economía formal de la relaciones laborales, que se amplia con la dinámica industrializadora, no ha sido nunca un rasgo de nuestras economías dependientes, como si lo es la llamada economía informal (en su acepción de economía de la sobrevivencia). El transito discursivo de las ultimas cinco décadas, acerca de la comprensión sobre la economía marginada de las relaciones económicas articuladas a sectores productivos robustos, conlleva hoy a que pequeños negocios familiares y locales, o actividades económicas del rebusque sean interpretadas como actividades propias de un sector del capital (pequeños emprendimientos etc.), y no como lo que ha sido desde sus orígenes la forma como en este amplio espacio de relaciones sociales y económicas, la gente se rebusca lo mínimo para la subsistencia.

Más allá de la semántica hay una realidad de necesidad vital que enfrentar, y que se profundiza con la crisis presente del capitalismo global, lo cual no hace pensable la posibilidad de encaminar a los trabajadores por la senda del asalariamento y el empleo formal, sino por iniciativas individuales o familiares para mantenerse. La apuesta del gobierno actual para este pueblo es el emprendimiento, el autoempleo y/o el asistencialismo ¿cual es la nuestra?.

En la economía de la sobrevivencia, es decir, en iniciativas emprendidas por las familias para suplirse de los ingresos o los recursos mínimos y contar con lo básico para la reproducción de la vida hay una alternativa al hambre pero no hay una alternativa en perspectiva de cambio social ni anti capitalismo, que es en la que los revolucionarios debemos insistir.

Sin embargo en estas relaciones básicas que se suceden en los territorios de manera poco planificada, reside una potencia transformadora de las relaciones sociales de producción donde es posible recrear la vida digna y el trabajo creativo con sentido de utilidad, no solo por el trabajo sino para mejorar la vida de las personas, así que en este propósito ubicamos a la economía popular alternativa.

Economía Popular Alternativa

La economía popular alternativa al sistema capitalista y su reproducción, tiene como rasgo preponderante que logra unir la economía con las valoraciones morales y éticas de quienes impulsan esta propuesta. Se trata de plantear la necesidad de vernos reflejados en lo que hacemos y en lo que producimos, es decir en que los frutos de nuestro trabajo también expresen los frutos de nuestra construcción de vida. Valores como la solidaridad, la mutua cooperación, el respaldo al más débil, el trabajo voluntario para un fin común, el cuidado y recuperación del equilibrio con la naturaleza entre otros, son puestos a jugar en los relacionamientos cotidianos en el trabajo y en la organización de la producción, de esta manera las relaciones económicas cobran un significado y valoración distinta a la enajenación y la explotación permitiéndonos encontrar riqueza desde el punto de vista humano en la transformación por manos del hombre de su entorno.

La participación en la toma de decisiones y en las soluciones, es horizontal y colectiva, así como la planeación previa, la elección de materias primas, el proceso de producción, de consumo, de distribución, cuyo contenido se enfoca en dar valoración a la preservación de las cosas para disminuir el desperdicio y la contaminación, es decir, ponderando más al valor de uso sobre el valor de cambio de lo producido, en otra palabras privilegiar lo que se necesita la comunidad por encima de la obtención de ganancia.

La economía alternativa por su carácter solidario y anticapitalista precisa de un vínculo estrecho con la fuerza y el respaldo de la organización comunitaria, en ambientes de transformación, esto es de comunidades conscientes del reto de esta construcción y de sus propósitos mas elevados. En este sentido la actividad económica no se desarrolla centrada en sus mismos fines, sino que se relaciona con una serie de actividades de tipo colectivo para el mejor vivir de las personas en la dimensión territorial, social y personal.

América latina es rica en experiencias interrumpidas que necesariamente deben ser rastreadas, analizadas y puestas en marcha, haciendo el relevo a los luchadores populares de entonces. Estudiar el presente con la luz de la historia es no caer en los mismos errores y esclarecer el camino a seguir.

BIBLIOGRAFIA

QUIJANO Aníbal. Economía popular y sus caminos en América Latina. 1998.
MARINI, Ruy Mauro. Dialéctica de la dependencia. 1973. http://www.marini-escritos.unam.mx/
RAZETO Luis. Los Caminos de la Economía de Solidaridad. Ed. Lumen-Humanitas, 1996, Buenos Aires

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