El Ejército de Liberación Nacional de Colombia ante las pasadas elecciones del 14 de Marzo

Extraídos de Revista Insurrección Nos. 209 & 210 - 29 y 22 de Marzo de 2.010.

EL FIASCO DE LAS ELECCIONES DEL PASADO 14 DE MARZO

Luego del pasado 14 de Marzo, los días transcurrieron en vilo para muchos colombianos, ante la imposibilidad de entregar los resultados electorales, solo el pasado Viernes 19, es decir cinco días después se entregan los datos, sin que sean los definitivos, aunque con ello se da por concluida la jornada incluida la consulta del partido conservador.

Lo que sí está claro es que hubo, incidencia y participación descarada del presidente Uribe, aun cuando lo tenía prohibido, también hubo fraude, compra y venta de votos, coacción al elector, jurados incompetentes y una registraduría colapsada.

Sin embargo la verdad de este fiasco nunca se conocerá y todo irá sabiéndose a cuentagotas como ha ocurrido con los cerebros de la parapolítica, la Yidis Política, las chuzadas del DAS, los asesinatos extrajudiciales, las irregularidades para sacar adelante el referendo reeleccionista o los escándalos de Agro Ingreso Seguro, para solo colocar unos cuantos ejemplos.

Ahora el afán es encontrar un chivo expiatorio y salir del paso, adornar la falsa causa del problema ocurrido en las elecciones y la salida se adornará con una andanada por los grandes medios de información que tapan las verdaderas causas y dejarán inmune los verdaderos responsables. Es posible que algunos funcionarios de segunda categoría sean investigados y así terminará el asunto.

Debe recordarse que la burocracia, estuvo en vilo mucho tiempo con el embeleco del referendo reeleccionista, fue a eso que se le quemaron las energías y en lo que se colocaron todas las expectativas; ya próximo a las elecciones, la Corte Constitucional le cerró el paso al referendo reeleccionista y sobrevino otra realidad que cambió la coyuntura política; de quien entonces es la responsabilidad de este nuevo descalabro de la mal llamada democracia colombiana?.

Pero este escándalo mayúsculo, de seguro no va a trascender porque Colombia es la “democracia” impuesta de un mesías mafioso que maneja el país como a su finca El ubérrimo en Córdoba y sus funcionarios son áulicos sin capacidad crítica.

Por eso estas fraudulentas elecciones, preñadas de todos los vicios, alteraciones y trampas violatorias de la ley, pasarán en el tiempo sin que alteren nada, en fin de cuentas son problemas entre amigazos y todo lo terminará arreglando en conciliábulos porque el poder está por encima de lo lícito y lo altruista.

Quienes tienen capacidad crítica no hacen parte del séquito gubernamental y aunque teóricamente tienen el derecho constitucional, son colocados contra la pared cuando cuestionan al presidente o su gobierno y acusados de terrorismo; así son sometidos a las ilegales investigaciones del DAS como ha ocurrido con organismos y personas que cumplen su obligación de hacer cumplir la ley.

Así es el país de la Seguridad Democrática.

(Revista Insurrección No. 209 - 22 de Marzo de 2.010)

NO ESPERAR MILAGROS NI CREER EN PROMESAS ELECTORALES

Pasaron las elecciones del 14 de marzo. Fueron elegidos Senadores y Representantes a la Cámara, escogidos candidatos a la Presidencia de la República por el Partido Conservador y el Partido Verde.

En estas elecciones de renovación del poder legislativo nada cambia, sigue lo mismo que antes, los mismos personajes regresan a sus curules, elegidos gracias a las clientelas aceitadas de corrupción y las caras nuevas que llegan son parientes de congresistas que manejan la maquinaria electoral, desde la cárcel donde están presos por narcoparamilitarismo.

Las elecciones en Colombia son una comedia perversa donde la mentira y la corrupción danzan con plena libertad embrujando a los colombianos de baja cultura política y de escasos recursos económicos, que cambian su voto por cinco dólares y tal o cual promesa de puesto público o gabela en la contratación pública.

Y es con éstos métodos indignos que horrorizan a los ciudadanos honestos democráticos, como la oligarquía se enraíza en el poder y obstaculiza los cambios que el país necesita y reclaman las mayorías de la nación para que los colombianos disfrutemos de bienestar y seamos dueños de un futuro cierto.

Y es con estas mismas maquinarias y el bombardeo de los medios de comunicación de la oligarquía que se va a elegir Presidente de la República para el período 2010-2014, el próximo 30 de mayo, supuestamente como ejercicio de la voluntad democrática de los colombianos.

En esta contienda electoral la coalición del uribismo tiene todas las ventajas para imponerse y seguir gobernando a favor de la oligarquía, las transnacionales y los intereses estratégicos del imperialismo. Los otros candidatos en tales condiciones tienen pocas opciones de ser elegidos, así sean escasas las distancias programáticas que les separan del uribismo, como lo pudieron comprobar los televidentes en el primer debate televisado de los candidatos, la semana anterior.

Con un Congreso de mayoría uribista y un Presidente de la misma coalición, el país continuará igual a como viene, empeorándose cada día más la situación de los pobres del campo y la ciudad.

Sigue adelante el proyecto uribista de afianzar el régimen ultraderechista, en representación de la oligarquía y los intereses del imperialismo, pisoteando la soberanía y dignidad nacional.

Continuará la política de hacer más ricos al diez por ciento que se apropia del cincuenta por ciento del ingreso nacional, y más pobres a los cerca de 27 millones que viven por debajo del nivel de pobreza y ocho millones en la indigencia; de privatizar a menos precio lo poco que queda del patrimonio de los colombianos; los derechos sociales a la salud y la educación convertidos en mercancía y vía de enriquecimiento de los empresarios, seguirán siendo un derecho al que tienen acceso solo las personas de recursos económicos.

Continuará con vía libre y en la impunidad la estructura terrorista que arremete y elimina la oposición política y social, que persigue y espía a los disidentes que se apartan del credo del “mesías”, que ejecuta los crímenes de Estado llamados suavemente “falsos positivos”, que asesina sindicalistas, destruye sindicatos y destierra violentamente a los campesinos de las zonas destinadas a megaproyectos.

Continuarán los esfuerzos por doblegar la Corte Suprema de Justicia para que libere los Congresistas uribistas procesados por vínculos con el narcoparamilitarismo, para que designe un Fiscal de bolsillo que pase de agache y engavete los procesos abiertos contra altos funcionarios del gobierno por corrupción y generales de la República comprometidos con el narcoparamilitarismo.

Continuará la entrega del país y el futuro de los colombianos a los intereses de las grandes corporaciones internacionales y el imperialismo; permitiendo la injerencia del gobierno de los Estados Unidos en los asuntos internos y la ocupación militar por sus tropas, y desde nuestro territorio amenacen, conspiren y agredan a los gobiernos vecinos, que se distancian de las imposiciones gringas.

Continuará la política de Seguridad Democrática cuya esencia y éxito está en garantizar la seguridad del diez por ciento de los colombianos más ricos, brindarle excesivas gabelas y exenciones tributarias a los capitales extranjeros, a costa de reducir los ingresos y ahondar el déficit fiscal; mientras que la inseguridad y la violencia urbana se dispara como producto del alto índice de desempleo, de la pobreza y el proyecto paramilitar trasladado a las ciudades, patrocinado por el mismo gobierno.

Cualquiera que sea el próximo Presidente, esa será la suerte que espera a los colombianos. No hay que esperar milagros y creer en promesas electorales; sólo el pueblo se salva así mismo, luchando unido por la liberación nacional y social.

(Revista Insurrección No. 210 - 29 de Marzo de 2.010)

DEL P. I. N. Y OTROS DEMONIOS

Para quienes llegaron a pensar que la parapolítica era asunto del pasado, la existencia del partido PIN, concursando con el resto de partidos en la vida política del país, incluida por su puesto la campaña electoral del pasado 14 de Marzo, la realidad es reveladora.

Y es reveladora no solo por la libre competencia de los partidos sino por el silencio cómplice de este esperpento político, por parte del presidente Uribe y el resto de políticos, sobre todo de los oficialistas.

Ese brazo político del para militarismo y el narcotráfico, con refinados relevos generacionales, y activado desde diversos lugares de la geografía nacional entre ellos las cárceles colombianas, es el retrato más fiel de lo que es la política oficial del actual gobierno , del estado y de este régimen mafioso, corrupto de y de doble moral.

En este mar de poderosos intereses, navegan libremente todo tipo de expresiones afectas al gobierno y al régimen, mientras se persigue y estigmatiza a los críticos u opositores.

Para el gobierno los señores del PIN, no son ni terroristas, ni narcos ni paramilitares, por ello concursan libremente y no solo en el denominado PIN, sino en las expresiones políticas de los beneficiados con “el guiño del presidente” y sus aliados más connotados.

Claro esto no es extraño, por el contrario reafirma el carácter no sólo del actual mandatario, sino de sus corrientes políticas afines y que tienen a su favor el establecimiento, así como intereses subterráneos que los favorecen para la próxima contienda electoral.

Mientras en el escenario político, compite el PIN y otros demonios, los paramilitares que ahora el gobierno denomina “BACRIM” (bandas criminales) hacen su agosto amparados en la política de Seguridad Democrática que permite a los verdaderos cabecillas narcoparamilitares, jugar su rol político y de esa manera la estructura criminal del narcoparamilitarismo sigue intacta y agazapada.

Como los estragos de dichas bandas causan estupor en la ciudadanía, se hace necesario, salirle al paso con los discursos incendiarios de Uribe que pide a sus subalternos mano dura, mientras defiende su Seguridad democrática y de esa manera esa cruel política demagógica de doble faz orquestada por los grandes medios, sigue confundiendo, contra informando y desviando la atención sobre el verdadero carácter de este régimen y gobierno que tienen sumido el país en la más profunda crisis donde sus responsables son distinguidos personajes de la clase política y la clase dominante.

El miedo por la criminal represión, y el terrorismo de Estado, tantas veces denunciado por diversos sectores del pueblo y la nación, debe convertirse en fuerza, en rebeldía, en organización y lucha, que llene todos los espacios posibles de la vida del país, y rompa el monopolio criminal que hoy se expresa en el poder oligárquico y militarista, que pretende imponer a sangre y fuego el control del país.

Hoy más que nunca, se requiere de los patriotas, progresistas y revolucionarios, del pueblo y la nación, una postura convergente de amplios intereses, favorables a las grandes mayorías, por la democracia la autodeterminación y la justicia social. No es tiempo de pugnar por intereses particulares, que dividen y fraccionan, este es el tiempo de la unidad entendida en su más amplio sentido, donde el bien del pueblo y la nación se coloque por encima de lo demás.

Este es el llamado del ELN en esta coyuntura nacional.

(Revista Insurrección No. 210 - 29 de Marzo de 2.010)