Reseña lanzamiento del libro Pasado y presente del anarquismo y del anarcosindicalismo en Colombia

El lanzamiento del libro Pasado y presente del anarquismo y del anarcosindicalismo en Colombia dio lugar a un interesante debate sobre la necesidad de comprender nuestra historia para entender el presente y, con ello, contribuir a buscar salidas para el futuro. Con una amplia y grata asistencia que llenó el auditorio de SINTRATELEFONOS, el evento contó con los comentarios de Leopoldo Múnera (profesor de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia), Mauricio Archila (profesor de Historia de la Universidad Nacional de Colombia) y Diego Paredes Goicochea (investigador asociado del CILEP), quienes dieron paso a la posterior participación de las personas allí reunidas. En esa discusión afloró la importancia de echar luz sobre la historia que ha sido invisibilizada por los poderes dominantes o por sectores que, interesados en sus fines doctrinarios, dogmáticos y autoritarios, han negado la posibilidad de experimentar formas alternativas de organización y lucha política que, como mencionó Mauricio Archila, tuvieron un papel importante en la conducción del movimiento obrero en los años veinte en Colombia, fuera de los rígidos canales de la institucionalidad, del partido y de la actividad electoral.

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RESEÑA DEL LANZAMIENTO DEL LIBRO:
PASADO Y PRESENTE DEL ANARQUISMO Y DEL ANARCOSINDICALISMO EN COLOMBIA

CENTRO DE INVESTIGACIÓN LIBERTARIA Y EDUCACIÓN POPULAR (CILEP)

La necesidad de dialogar con el pasado

El lanzamiento del libro Pasado y presente del anarquismo y del anarcosindicalismo en Colombia dio lugar a un interesante debate sobre la necesidad de comprender nuestra historia para entender el presente y, con ello, contribuir a buscar salidas para el futuro. Con una amplia y grata asistencia que llenó el auditorio de SINTRATELEFONOS, el evento contó con los comentarios de Leopoldo Múnera (profesor de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia), Mauricio Archila (profesor de Historia de la Universidad Nacional de Colombia) y Diego Paredes Goicochea (investigador asociado del CILEP), quienes dieron paso a la posterior participación de las personas allí reunidas. En esa discusión afloró la importancia de echar luz sobre la historia que ha sido invisibilizada por los poderes dominantes o por sectores que, interesados en sus fines doctrinarios, dogmáticos y autoritarios, han negado la posibilidad de experimentar formas alternativas de organización y lucha política que, como mencionó Mauricio Archila, tuvieron un papel importante en la conducción del movimiento obrero en los años veinte en Colombia, fuera de los rígidos canales de la institucionalidad, del partido y de la actividad electoral.

De esta manera, el rescate y la investigación que se realiza al estudiar el movimiento anarquista y anarcosindicalista colombiano de los años veinte, trae como novedad el estudio de un pasado que le habló al país, que analizó su propia realidad, que leyó los problemas por los cuales atravesaban los trabajadores, los desposeídos, los explotados y excluidos, llamándolos a la acción directa, a la huelga, a vencer los miedos, a la organización, a realizar sacrificios por la búsqueda de condiciones de vida digna. Así, el anarquismo y anarcosindicalismo de aquella época construyó un pensamiento y una actividad emancipadora y libertaria, se enfrentó al poder del Estado y del capitalismo, pero también se mantuvo en diálogo con otros grupos y movimientos que no se configuraban y actuaban bajo el mismo pensamiento.

El tema de reflexión de esta jornada de lanzamiento fue, así, el papel y la relevancia que tiene esta investigación del pasado. De un lado, se resaltó una realidad poco conocida que rescata prácticas libertarias como la horizontalidad, la solidaridad, la organización anarcosindical, diferentes formas de protestas, la crítica frente al poder del Estado, de dios, de la iglesia, del partido y de toda aquella forma negativa que tiene el poder en sus connotaciones jerárquicas y represivas. Pero también se reivindicó el papel del investigador militante, es decir, de aquel que, con su compromiso político y social, hace parte de las luchas populares, las analiza para buscar respuestas, para entender la coyuntura y, con ello, aportar a la emancipación del pueblo. No como un vanguardista, sino como una persona que camina, participa y se solidariza con las decisiones que desea un pueblo dispuesto a liberarse de las cadenas de opresión del actual sistema.

Pero yendo más allá del quehacer del investigador y de la importancia que cumplió el movimiento anarquista colombiano en los años veinte, es necesario preguntarnos por el papel que tiene ese pasado en el presente. Teniendo en cuenta que hay una gran cantidad de preguntas y dudas que han llevado a la necesidad de buscar en el pasado respuestas a acertijos que se relacionan con el fracaso, con el aislamiento y declive de proyectos alternativos desde el movimiento obrero, desde iniciativas de izquierda y desde el sindicalismo mismo, encontramos que este movimiento anarquista estuvo estrechamente vinculado con otros movimientos sociales de su época, pero además, como mencionan Leopoldo Múnera y Mauricio Archila, era un movimiento que se mostraba como una fuerza renovadora y, en su posibilidad de existencia alternativa como una voz incluso disidente dentro de un modelo de izquierda rígida, participó activamente dentro de las luchas populares del movimiento obrero.

Sin embargo, es necesario reconocer los errores, porque son precisamente ellos los que nos permiten dar cuenta de hasta dónde seguimos repitiendo el pasado, continuando metidos en el mismo embrollo, sin plantearnos la necesidad de encontrar en esas experiencias la posibilidad de comenzar de nuevo, como bien lo expuso Diego Paredes. De esta forma encontramos los dogmatismos, los doctrinarismos, posiciones que antes que buscar reconocer diferencias buscan negarse entre sí, no solamente desde las posiciones vanguardistas elitistas o desde quienes hacen de su posición política un religión, sino también desde los grupos libertarios que, en momentos del llamado a la unidad de luchas populares, también se aislaron de la posibilidad de construir un camino conjunto.

Del mismo modo debemos preguntarnos por lo que el anarquismo tiene que hablarle al país en la actualidad, tanto a los movimientos sociales, sindicatos, partidos, como a los sectores dominantes en general. Ante las actuales crisis de la organización sindical y de los partidos políticos (porque muchas veces éstos han sido incapaces de hablar con otros movimientos que también se organizan en su lucha por la emancipación y porque han adoptado lógicas de organización excluyente), el anarquismo tiene mucho que hablar y decir. Primero, porque plantea la posibilidad de formas de organización que, como el anarcosindicalismo de los años veinte, generan la posibilidad de unificar fuerzas con diversos sectores, algo de vital importancia en la actualidad, dada las emergencias de las luchas populares en múltiples contextos. También, porque reconoce en el poder del Estado, así como en el capitalismo, un enemigo que hace que su poder sea para dominar a los demás, impidiendo la posibilidad de que entre todos construyamos el poder del pueblo.

Otras preguntas surgen y son necesarias buscarles aclaración, por ejemplo, si bien se observa que el anarquismo parte de una base organizada, donde la acción directa tiene una finalidad para el logro de los objetivos planteados por la misma organización, ¿qué incidencia o qué papel jugaría la producción de un libro como el que se está lanzando en este evento? Acá es necesario partir de los comentarios de Leopoldo Múnera, quien reconoce el discurso anarquista como una práctica que hay que compartir, que llama a la acción, a organizarse con otros sectores del pueblo oprimido que está dispuesto a luchar y, en este sentido, la producción de un libro se hace con miras a visibilizar algo que ha sido oculto y que es necesario desentrañar para mostrar la posibilidad de la realización de la utopía libertaria.

Pero sabemos, y desde el CILEP reconocemos, la importancia de lo libertario como una práctica que construimos en nuestro quehacer diario desde la organización, la cual se materializa en la investigación militante y en nuestra participación en la Red Libertaria Popular Mateo Kramer. Por eso el libro Pasado y presente del anarquismo y anarcosindicalismo en Colombia es tan sólo un aporte para comprender el camino de las luchas por la emancipación que se han desarrollado en el país y, en últimas, es una invitación a seguir construyendo el poder del pueblo.