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Barcelona: Ante la Huelga General del 29 de marzo

category iberia | movimiento anarquista | opinión / análisis author Monday March 26, 2012 20:51author by Col·lectiu Pieles Rojas - Colectivo Pieles Rojas Report this post to the editors

Elementos para el debate de la militancia social y sindical

El 29 de Marzo estamos todos llamados de nuevo a una huelga general de un día, convocada por CCOO y UGT. Ante este día queremos lanzar una serie de elementos para el debate
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Para qué sirve la huelga general

La Huelga es la herramienta más potente de los trabajadores en su acción sindical y política. Es aquella acción que más poder de presión ejerce contra la patronal en el terreno económico al estrangular el flujo de ganancias, pero es al mismo tiempo un pequeño laboratorio de alternativa política, de autodeterminación. En la huelga se eliminan todas las máscaras legales y sociales y quedan al descubierto los elementos fundamentales de la sociedad de clases y antidemocrática. En la huelga los trabajadores experimentan el poder popular mediante organismos políticos propios: el Comité de Huelga y el piquete. El primero como órgano de gestión y coordinación votado por el conjunto de trabajadores, el segundo como órgano de autodefensa.

Dependerá de la correlación de fuerzas, de la cultura militante acumulada, de la inserción de trabajadores revolucionarios en las luchas, en el que la profundidad de estos elementos podrán ser llevados más allá del simbolismo.

Decíamos que la huelga tiene por finalidad estrangular el flujo de ganancias. Sabemos que en los últimos tiempos no son muchas las huelgas de empresa y sectoriales, ni mucho menos las huelgas generales, que cumplen esta ley. Un análisis inadecuado de la organización productiva, de la modalidad de huelga, de las acciones complementarias, de su duración, han terminado convirtiendo la huelga en algo simbólico, comparable a una rueda de prensa o el reparto de octavillas en el mercado. Todas ellas son acciones necesarias, también convertir la huelga en una demostración simbólica de unidad y oposición, pero es un error quedarse ahí.

Lo que realmente teme el Bloque en el Poder es la estrangulación económica. Todos lo hemos podido comprobar con el famoso World MobileCongress. Cómo un determinado sector laboral unido al movimiento popular puede poner patas arriba a la clase dirigente, golpeando en un centro neurálgico de la economía. Y de cómo este golpe, o esta posibilidad de golpe, levanta las caretas y coloca sobre el tapete cuestiones ideológicas y políticas fundamentales.

Una disputa de poder y de discurso que ha ganado sobradamente la burguesía local. No hemos sabido, el movimiento sindical y popular,reaccionar ante los imprevistos, ni colocar en la opinión pública una contraofensiva discursiva.

En qué fallamos

La división sectaria y ultraideologizada de los llamados “movimientos sociales” (que no son tales, sino capillas partidarias -anarquistas,marxistas, independentistas-, en el sentido que no agrupan a sectores sociales en lo más mínimo: trabajadores, mujeres, vecinos, en un sentido amplio, social), impide el análisis concreto de la situación y la posibilidad de virar el barco ante las maniobras del enemigo olos imprevistos.

La nula inserción en la máquina económica. La nula inserción de los llamados "activistas" en el entramado productivo queda al descubierto claramente. La fe puesta en el colectivo de trabajadores de TMB demuestra por una parte una mistificación alejada de la realidad y por otra justamente la importancia de la inserción sindical de los sectores más avanzados. Pocos miembros de la militancia social tienen capacidad aglutinadora en sus puestos de trabajo y sectores, escudándose en la "precariedad" de sus trabajos. Aunque se sabe, al menos intuitivamente, que para asfixiar al enemigo y disponer de las bases materiales para la construcción de una alternativa sociopolítica y económica al capitalismo necesitamos a los trabajadores organizados ,con influencia revolucionaria, con liderazgo revolucionario.

Ante la huelga general del 29-M y las que vendrán

La huelga general del 29 está planteada para negociar y limar la Reforma Laboral. Un día de huelga, con el pescado ya vendido, no sirve de nada. Es asumible también por el entramado económico. Tendría sentido como un pistoletazo de salida hacia una dinámica de tensión in crescendo, pero el movimiento popular y sindical radical está autoincapacitado para ello.

Ese día, al menos en Barcelona, algunos aprovecharán para desfogarse y que los medios consigan la portada de la barricada y las columnas de humo. Repetimos el teatro ya marcado. El medio se convierte en fin. Manifestaciones en las zonas centrales de la ciudad, sin piquetes de barrio, o muy testimoniales, con las ciudades del cinturón abandonadas. Todo ello acabado con algo de fuego y carreras. Y hasta la próxima.

Pero ninguna de las finalidades de la Huelga General se habrá cumplido en lo más mínimo, y los sectores más avanzados ni nos habremos acercado a cumplir nuestro rol en esta jornada:

- No se habrá estrangulado la economía. Concentrados en el centro, los accesos y vías de comunicación estarán abiertos a las 11:00 si no antes con total normalidad, pudiendo fluir la mercancía sin ningún problema. Mientras, las ciudades dormitorio permanecen en calma, y solo sufrirán molestias Zara y compañía, que disponen de seguros para la ocasión. A las clases dominantes les interesa colaborar en la mística de la violencia post-manifestación en el centro, se nutre de ello, alimenta su discurso, y nos tiene concentrados en el mismo sitio, en el mismo ritual, en los mismos debates buenos-malos, cuando la cuestión no es el cómo, sino el donde y el para qué.

- No habremos sentado las bases para una acumulación de fuerzas. Ni en los polígonos, ni en los barrios, ni entre los sectores de trabajadores organizados y concienciados. Cada uno en su capilla, sin capacidad unitaria ni siquiera de coordinación, con agendas propias (¡incluso sin agenda, anclados en la mera consigna!) que no son capaces de desligarse de la marcada por el Bloque en el Poder y CCOO y UGT.

El futuro está en nuestras manos

Desmitificar la huelga general es un paso importante que debemos dar, para plantear el fundamento de la huelga. Activar iniciativas y un plan de lucha encaminado a estrangular la economía, una economía que no está a nuestro servicio, debe ser el eje central de las jornadas de lucha. El movimiento piquetero argentino, sin conexión con los sindicatos fabriles y del transporte, encontró la solución: cortarrutas, sin descanso. La fuerza de la apuesta por reventar el World Mobile Congress estaba justamente ahí: el WMC no es más que una autopista enorme de mercancía y economía que iba a ser bloqueada.

Es preciso aprovechar la jornada de Huelga General para activar sectores laborales que ven en el ambiente que la resistencia es posible, que la huelga no forma parte del pasado, que es posible emplearla para comenzar a recuperar terreno. Los libertarios debemos estar al tanto para activarla allá donde tengamos influencia planteando como tablas reivindicativas cuestiones fundamentales y asumibles socialmente en el momento actual, teniendo como objetivos estratégicos la estabilidad en el empleo y la creación de bolsas de trabajo bajo control popular.

Organizarse y coordinarse. Los libertarios debemos superar el estado de infantilismo actual. Necesitamos herramientas organizativas y propuestas socioeconómicas que nos permitan disponer de una agenda propia, sin ir a remolque de otros (o en constante oposición a ellos). Para eso hace falta aglutinarnos no en torno a una denominación que dice tantas cosas que no dice ninguna (“anarquista”) sino en torno a una organización, una estrategia y un programa.

Tenemos que demostrar que somos una tendencia madura, para todas las edades y sectores, con plan de lucha en lo inmediato y con proyecto de país. Que sabe leer el momento y huye de la estética militante, de la espectacularidad vacía y nihilista. El pueblo de Grecia nos enseña una lección de combatividad, pero también de cómo un anarquismo estético y meramente juvenil es totalmente estéril para conseguir cambios de fondo si no se convierte en una tendencia capaz de aglutinar sensibilidades diferentes, con perspectiva estratégica, que tenga la flexibilidad y la lucidez necesarias para implementar diferentes tácticas, y que no huya del poder, sino que lo construya en fábricas, oficinas, laboratorios, transportes, salud, lugares de estudio, en el medio rural, en los barrios, en los medios de comunicación… y se lo dispute a las clases dominantes.

La Unidad Popular es una necesidad acuciante. Para poder llevar adelante un plan de lucha con capacidad de victoria, para viabilizar una alternativa de país antagónica al caos capitalista y los delirios autoritarios y hacer valer el poder de los trabajadores y clases populares, necesitamos aglutinar esfuerzos dispersos y confluir con otros sectores y tendencias militantes que aspiren al cambio social por mayores libertades y avanzar en la socialización del poder político y económico. Volviendo al símil piquetero, nos necesitamos a todos unidos para plantarnos y que no pase nadie. Los anarquistas y sindicalistas no debemos tenerle miedo a la unidad popular, a la construcción de un poder popular fuerte con iniciativa propia.

Debemos trabajar para construir un tejido social fuerte con capacidad de respuesta y propuestas comunitarias, y debemos actuar dentro de ese polo amplio de trabajadores, estudiantes, jóvenes, pensionistas, ecologistas y mujeres, en torno a sus necesidades, intereses y propuestas reivindicativas, difundiendo nuestras propuestas dentro del trabajo en común. No debemos ser elemento disolvente sino aglutinador. Esa fue la gran enseñanza de los anarquistas catalanes del pasado, que supieron levantar con paciencia, manchándose en el barro, contrastando sus propuestas con las de otros en la realidad y no en la teoría, contando con el prójimo, un movimiento sindical y popular sólido, amplio y con capacidad transformadora, un pueblo fuerte, digno y soberano que pudo asaltar los cielos.

Con organización, trabajo y humildad, a construir pueblo fuerte, digno y soberano

Colectivo Pieles Rojas
Barcelona

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