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Revolución Anarquista en Corea: la Comuna de Shinmin (1929-1932)

category sureste asiático | historia del anarquismo | opinión / análisis author Monday June 25, 2012 08:13author by Emilio Crisiauthor email emiliokrisi at hotmail dot com Report this post to the editors

En 1929 Anarquistas nucleados en una federación fueron artífices y protagonistas de un proceso revolucionario anticapitalista y antiestatista en el norte de la península de Corea y región nororiental de China, más precisamente en la región de Manchuria.

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  • mapa_comuna_shinmin_corea1.jpg

    INTRODUCCIÓN A 80 AÑOS DE LA COMUNA DE SHINMIN


    En 1929 Anarquistas nucleados en una federación fueron artífices y protagonistas de un proceso revolucionario anticapitalista y antiestatista en el norte de la península de Corea y región nororiental de China, más precisamente en la región de Manchuria.

    Se cumplieron ya más de 80 años de esa gesta inspirada en los ideales y principios libertarios, basados en una praxis revolucionaria latente en esos tiempos de lucha del pueblo por alcanzar la libertad. Cerca del final de este intento de revolución social, un 24 de enero caía asesinado en una emboscada el comandante Kim Jwa-jin, histórico luchador de la guerra anticolonial de independencia coreana y uno de los máximos instigadores y defensores de la Comuna. Luego de su asesinato los bandos vencedores –los nacionalistas que fundan Corea del Sur y los estalinistas que fundan Corea del Norte- al escribir y retratar estos desconocidos años –para occidente- de la historia de Corea no solo soslayaron lo que paso en la Región Autónoma de Shinmin (o Chong yi-bu en coreano romanizado) con la experiencia de autogestión de mas de 2 millones de campesinos sino que se apropiarían de la figura del referente militar como un prócer más de la historia de independencia de ese país.

    Curiosamente la fecha del asesinato de Kim Jwa-jin coincidió con el asesinato del mayor exponente del anarquismo japonés, el periodista Kotoku Shusui junto a otros 11 compañeros en 1911. Kotoku vivió y murió enfrentado abiertamente al imperio y al estado nipón con encendidas críticas al sistema de clases de Japón y a las incursiones colonialistas sobre los pueblos sometidos de oriente. Las vueltas que da la historia de lucha de los oprimidos hicieron que Kotoku haya servido de inspiración a miles de militantes chinos, coreanos y japoneses a dar lucha sin tregua contra el Estado, el sistema capitalista y el colonialismo en esa región. La Corea anarquista y su Comuna campesina no fueron la excepción.



    OBSERVACIONES Y PERSPECTIVAS DEL HECHO HISTÓRICO



    La historia escrita

    Por un lado queremos reflejar que esta experiencia revolucionaria que duró aproximadamente tres años –entre 1929 y 1932- paso desapercibida en la historiografía de la izquierda a pesar de que participaron más de 2 millones de coreanos. En este sentido sólo la historiografía anarquista coreana rescató este importante capítulo de la revolución del norte de Corea. Incluso leyendo el ex dictador de Corea del Norte Kim Il-sung en sus “memorias” hace mención durante estos años a 3 facciones independentistas que luchaban contra los japoneses: el PC coreano, los nacionalistas con su gobierno en Shangai, y la “tercera facción secesionista”.[1] Probablemente la intención de Kim Il-sung era la de solapar la identidad ideológica de ese sector organizado. Sin embargo también esta la clara intención de borrar cualquier influencia histórica comprobable en la que un sector importante de la izquierda coreana pudo llevar a cabo una experiencia de revolución antes de la existencia de la Corea del Norte Marxista. Además el líder estalinista atribuyó la derrota de Manchuria frente a los japoneses, a las peleas “entre facciones” de los nacionalistas y los “secesionistas”, sin mencionar los asesinatos selectivos y matanzas ordenados por el Partido Comunista.

    Los sectores nacionalistas que mas tarde fundaran la Republica de Corea instaurando también una cruenta dictadura lograron también borrar de la historia la participación activa y decisiva del anarquismo en la lucha por la independencia frente al imperio Japonés.

    Afortunadamente exhaustivos trabajos de reconstrucción histórica e investigación nos devolvieron aunque sea parte de este acontecimiento histórico de gran valor experimental para nuestra ideología. Estudios como el de los coreanos Ha Ki-rak (“History of the Korean anarchist movement”), Cho Sehyun (“En Asia Oriental también...”) o Hwang Dong-youn ("Beyond Independence: The Korean Anarchist Press…) han representado detalladas investigaciones sobre el tema. Las ponencias de Alain MacSimoin del WSM irlandés, Jason Adams con su "Non-Western Anarchisms” o el sudafricano de la ZACF Lucien Van der Walt con “Towards a history of anarchist anti-imperialism” han representado un importante aporte al tema.

    Sobre la experiencia histórica en si del anarquismo coreano que decanta en el enclave comunal de Shinmin, fermentada desde los albores del siglo XX, podemos observar un desenlace similar a los otros procesos en donde el anarquismo organizado supo y pudo plasmar socialmente su proyecto de revolución. La Rusia de 1917, la Ucrania de 1919 y la España de 1936 constataron la derrota del impulso libertario en el plano de autodefensa frente al nacionalismo reaccionario y a la traición y entrega de los partidos marxistas.


    El contexto y los alcances

    Asombrosamente cuando comenzamos a investigar y escarbar qué había detrás de la historia de esta comuna revolucionaria, la génesis y punto culmine del anarquismo coreano y cuanto tuvo que ver eso con la independencia de Corea nos llevamos una gran sorpresa sobre la relación directa que había entre todo esto. Quizás podemos decir hoy en día que en el momento de la independencia de Corea del imperio Japonés convergieron tres corrientes políticas importantes en su magnitud organizativa y acumulación de fuerzas, pero sólo una terminó perdiendo con el correr de la historia. Las otras dos terminaron fundando repúblicas, marcando fronteras e instaurando nuevas dictaduras para controlar de vuelta a un pueblo que venía de vivir el absolutismo de la ocupación japonesa durante décadas.

    Como ya se mencionó, el proceso de revolución social que se da en Shinmin se ensaya en el medio de una guerra anticolonialista. En el mismo se lograron liberar grandes zonas rurales y pequeños poblados. Se llegaron a instaurar, no sin inconvenientes, Concejos Administrativos que suplantaron y extinguieron en todos los niveles al Estado. El desenlace de la experiencia también tuvo que ver con como empezó toda la historia.  

    Una revolución libertaria a la coreana

    A la hora de revisar los componentes de la gesta de la Comuna podemos ver en un primer sentido la influencia de los anarquistas que volvieron del exilio como un factor que dio impulso las luchas sociales y disputas políticas por el futuro de la región. Por un lado los anarquistas que volvían de de un Japón o un Shanghai en pleno proceso de industrialización, con un movimiento obrero fuerte y movilizado iban a insistir en el carácter de las luchas desde el insipiente movimiento obrero coreano. Los otros exiliados provenientes del resto de China irían a proponer una lucha tanto anticolonial como la inserción social en el medio rural para impulsar luchas desde los movimientos campesinos. Ésta última fue la posición que mas cabida tuvo en Corea durante el transcurso de la década del 20´.

    Por otro lado algunas de las bases teóricas del anarquismo coreano esbozadas a comienzos del siglo XX retratan la lucha cultural e identitaria frente al avasallo del colonialismo japonés. Un ejemplo de ello es el “Manifiesto de la Revolución Coreana” (Joseon Hyeong-myeong Seoneon), escrito por el histórico militante anarquista Shin Chae-ho que expone cabalmente el papel revolucionario de un pueblo con fuertes raíces culturales invadido por un ejercito invasor.

    También destaca el internacionalismo militante en cuanto a establecer alianzas con el anarquismo Japonés, Chino, Vietnamita y Taiwanés. Se defiende también fuertemente el carácter antiimperialista de sus luchas planteando una guerra social contra el imperio Japonés que ejercía un sistema de dominio en toda la región, rechazando las atrocidades cometidas por el ejército invasor.

    Por último el manifiesto hace hincapié en no quedar las fuerzas anarquistas a merced de los nacionalistas y bolcheviques en un proceso revolucionario, con el fin de evitar se instaure nuevamente un Estado. El desarrollo de estos conceptos lo veremos adelante más detalladamente.


    RAICES Y ANTECEDENTES DEL PROCESO REVOLUCIONARIO



    Herencia de lucha anticolonialista

    En Corea existen antecedentes de levantamientos populares antiestatistas, anticolonialistas y sistémicamente anticapitalistas con magnitudes de alcance nacional. En los años previos a la Comuna se desarrollo uno de ellos. Fue la Revolución Campesina de Donghak de 1894 al sur de Corea que tuvo a los campesinos alzados contra el gobierno local y en contra de cualquier monarquía sea coreana, china o japonesa. En dicha revolución se proponía una igualdad entre todos los hombres. Este levantamiento fue aplastado por el imperio japonés.

    Un levantamiento posterior de grandes proporciones va a ser el del primero de marzo de 1919 en el marco de una proclama de Independencia, donde se reavivaron movimientos anticolonialistas por todo el país. El Movimiento de Independencia de Samil (como fueron conocidas las movilizaciones del primero de marzo del 19´), que contaron con la participación de numerosas organizaciones anarquistas, fue reprimido brutalmente por el ejército de ocupación japonés. El saldo fue de 7500 muertos y 16000 heridos durante la intentona revolucionaria. Uno de los activistas en dicho movimiento fue Jeong Wha-am quien posteriormente pasaría a fundar junto a otros la Federación Anarquista.

    Este evento fue un hito en la historia de la lucha independentista coreana ya que se logró fortalecer el sentimiento de identidad del pueblo coreano. Aprovechándose de esta situación un grupo de nacionalistas coreanos establecieron un Gobierno Provisional en Shanghai, China.

    También hacia mediados de la década del 20´, y fruto de la lucha del 19´, se encendió la mecha para el inicio de una lucha en todos los frentes desde varios sectores políticos y sociales que buscaban frenar la invasión del ejército japonés en Manchuria. Para 1925 el imperio japonés lanza la “Ley de Preservación de Paz” que prohibía la existencia de cualquier organización que alterara el Kokutai (nacionalismo japonés). Entre esos sectores prohibidos se encontraban los anarquistas que en su mayoría se encontraban activando luchas desde organizaciones obreras, estudiantiles, campesinas y culturales en toda Corea.


    Influencias libertarias en la región

    El contexto regional del sudeste asiático ofrecía una gran influencia para que los anarquistas en Corea profundizaran sus niveles organizativos y proyectos revolucionarios. Además podemos inferir en cómo los perseguidos políticos libertarios en Corea pudieron imbuirse a partir de sus exilios en China y Japón de las luchas sociales (gremiales, campesinas y estudiantiles) y políticas que se estaban llevando a cabo. Como veremos más adelante, gran parte de lo que pasaría durante la década del 20´ en Corea a nivel de conflictividad social y de impulso político revolucionario tuvo que ver con el regreso de los exiliados con intenciones de agitación. Baek Jeong-gi (1896-1934), un experimentado referente del movimiento anarquista coreano fue un ejemplo de ello. “Gupa”, como era conocido en la jerga militante, se encontraba para 1925 exiliado sumándose a la Unión Anarquista en Shanghai, China. Hacia julio de ese mismo año comenzaban oleadas de huelgas generales del movimiento obrero de Shanghai y Baek Jeong-gi ya estaba activando en la metalúrgica que trabajaba afiliado a su sindicato. Las masivas huelgas generales en China con participación del activismo anarquista (Unión Anarquista de China), las huelgas obreras en Japón, la apertura de la Universidad Nacional Obrera de Shanghai en 1928 impulsada por el anarquismo chino, el Movimiento de Autodefensa de las Comunidades Rurales en Quanzhou, China en 1927-1928, y la creación de la Sección de Beijing de la Alianza de la Juventud Negra fueron caldo de cultivo para el proceso de avance que haría el anarquismo coreano para esa época.[2]

    Exiliados en Japón hacia el año 22´ Park Yeol, Jeong Tae-sung, Kim Chung-han, Hong Jin-yu, Choi Kyu-jong, Yuk Hong-kyun, Seo Dong-seong, Jang Sang-jung, Ha Sae-myeong, Hang Hyeon-sang,  Seo Sang-kyeong y otros más logran armar la organización Futeishya (Revuelta) junto a militantes anarquistas japoneses de renombre como Noguchi Hinji, Kurihara Krzuo, Ogawa Shigeru, Kaneko Fumiko y Niyiama Shodai entre otros.[3]

    La labor internacionalista de los anarquistas coreanos también da un importante impulso a la creación de una Federación Anarquista del Este (Tung-fang Wu-cheng-fu Chu-i-che Lien-meng) con organizaciones miembro de China, Vietnam, Taiwán, Japón, Filipinas, la India y obviamente Corea. La Federación Anarquista del Este, que  para 1928 sacaba el periódico “Dong-Bang” (El Este), aprobaba como base teórica propia al “Manifiesto de la Revolución Coreana” y contaba con Kim Jong-jin, un referente del anarquismo coreano entre sus más activos militantes. Una de las consignas de la Federación del Este fue la de “unir al proletariado de todo el mundo y sobre todo de las colonias del este para derrotar al capitalismo internacional e imperialista”. [4]

    El Anarquismo coreano

    Desde principios del siglo XX las ideas anarquistas fueron permeables para todos los ámbitos sociales de Corea. La participación en el Movimiento del 1º de marzo no fue una excepción. Como ya se pudo observar con anterioridad en este trabajo, los anarquistas coreanos entendían muy bien lo que pasaba en un contexto de opresión en el que el imperio japonés con sus ejércitos intentaban controlar por completo la vida de la sociedad coreana y en donde la propia burguesía local anhelaba una independencia para erigirse en clase dirigente. Sin embargo influido por lo que pasaba en la región, los anarquistas coreanos empezaban a crear y desarrollar organizaciones sociales y políticas en vistas a generar un proyecto revolucionario aprovechando la resistencia al régimen imperial.

    A su vez, para mediados de la década del 20´ y fruto del impulso organizativo de los anarquistas, se acrecentaba el número de exilios, asesinatos y encarcelamientos de militantes libertarios a raíz de la persecución del ejército japonés y su policía política. Hacia octubre de 1925 en la provincial de Kiho el periódico “Dong-a Ilbo” informó sobre el encarcelamiento de una decena de militantes de la Liga Bandera Negra. La LBN había sido fundada un año antes por los exiliados en Japón que militaban en el grupo Futeishya junto a Park Yeol. Entre los detenidos de la LBN se encontraban Hong Jin-yu, Seo Sang-kyeong, Shin Young-woo, Seo Jeong-sup, Han Byeong-hee, Lee Bok-won, Seo Cheoung-sun, Lee Chang-sik, Kawk Cheol y Lee Ki-yong. [5]

    Al año siguiente el mismo periódico informa la detención de 5 jóvenes trabajadores que difundían un manifiesto muy similar al elaborado por Shin Chae-ho. [6]

    También para 1925, en Taegu, numerosos anarquistas que volvían del exilio en Japón conforman organizaciones como  la Liga de la Verdad y la Fraternidad. La misma, junto a otras agrupaciones como la Liga de los Revolucionarios, comienza a articular organizativamente con la Sociedad de la Juventud Negra de Tokio. En Anui, Mesan, se conforman la Liga de la Amistad Negra de Changwon y el grupo de Apoyo Mutuo de la isla de Jeju. Esta agrupación llegó a organizar cooperativas de artesanos y campesinos. Pronto muchos de estos grupos fueron infiltrados y sus militantes encarcelados.[7]

    Para ver la magnitud y el alcance organizativo del anarquismo debemos destacar que para 1929 “Dong-a Ilbo” saca a la luz la existencia de una agrupación clandestina de anarquistas entre los que se encontraba Lee Eun-song. [8] La misma contaba con aproximadamente cien militantes organizados solo en Icheon, provincia de Kwangwon. Para el mismo año llegó a trascender que la totalidad de miembros del Movimiento de la Sociedad de Artistas de Chanju eran anarquistas.[9]

    Inspirados principalmente en Mikhail Bakunin y Piotr Kropotkin, una generación entera de militantes libertarios coreanos tuvieron una influencia y protagonismo insoslayable en lo que devendría hasta el final de la década, y que decantaría en la experiencia al norte en Manchuria. Yu Ja-myeong (1891-1985), el ya mencionado Shin Chae-ho (1880-1936), Lee Hwae-young (1867-1932), Lee Eul-kyu, Lee Jeong-kyu, Jeong Wha-am (1896-1981) y Paik Jeung-ki son algunos de los articuladores del proceso de federación de los núcleos anarquistas regionales.[10] Sus producciones teóricas pero principalmente sus ímpetus por lograr organizar  al anarquismo en ese país los convirtieron en los principales orientadores para los militantes libertarios. Como ya mencionamos, Shin Chae-ho de clara orientación bakuniniana elaboró entre otros textos el “Manifiesto de la Revolución Coreana” en 1924. [11] Este consistía en un programa anarquista de análisis y acción en el contexto de una guerra de independencia.

    El programa contempla la participación activa del anarquismo en la lucha anticolonialista contra el imperio japonés a la par que insta a desarrollar y profundizar la lucha contra la clase explotadora y dominante en Corea. En este sentido el Manifiesto ponía especial atención en diferenciar una revolución política de una revolución social. Según lo expresado en el manifiesto, una revolución política solo cambia de manos al poder. “La revolución en el pasado fue una revolución en el que la gente permaneció siendo gobernada al igual que antes a pesar de que el poder de “A” fue trasladado a la fuerza de “B” por la llamada revolución, porque la gente era esclava del estado y dominada por el poder de la clase privilegiada que mantuvo el control sobre el pueblo.”[12]

    De manera avanzada para la época el manifiesto hizo hincapié en llevar a cabo una “revolución del pueblo” o “revolución directa”, hecha por la gente misma para la gente misma. En el Manifiesto los pobres y los soldados deberían cambiar estructuralmente la sociedad con su “firme decisión y con su propio poder”. [13] Hablar de Poder desde el anarquismo fue siempre una cosa polémica, sin embargo ya para esta época es notorio que los libertarios coreanos estén hablando de un poder propio de las clases oprimidas. En este punto el manifiesto trata de establecer la diferencia de base y conceptos desde donde hacer una revolución y tira abajo cualquier planteamiento de “nación”, reafirmando el concepto de “pueblo” ya que “el pueblo es tangible y la nación no”.[14]

    Este escrito que incitaba al anarquismo coreano a levantarse en armas para conseguir la libertad sirvió fundamentalmente como base para la fundación en 1924 de la Federación Anarquista Coreana (o Hangug-eo Anakiseuteu Yeon-maeng en coreano romanizado). Esta Federación estaba conformada por núcleos militantes anarquistas y se encontraba casi en su totalidad en la clandestinidad debido a la persecución del ejército japonés. En todas las regiones y provincias de Corea había núcleos organizados de la Federación. Los más importantes estaban en Seoul, Taegu, Pyongyang, Icheon, así como también en Manchuria y entre los exiliados en China y Japón.

    La labor de los militantes era la de producir propaganda y prensa de la tendencia y de los diferentes ámbitos organizativos. Vale destacar los periódicos “Recaptura” (Talhwan), “La Conquista” (Jeong Bo) y “Boletín de Justicia”.

    Sin embargo la Federación siempre tuvo una fuerte tendencia a la acción social por sobre todas las cosas. Así es como se dedicaron a impulsar sindicatos, movimientos campesinos, estudiantiles, y a organizar la resistencia a la ocupación japonesa en cuerpos de autodefensa.

    Para Noviembre de 1929 la Federación cambia el nombre a Federación Anarquista-Comunista de Corea –FACK- (Jo-sun Gong-san Mu-jung-bu Ju-eu-ja Yeon-maeng). Es en esa misma época y por influencia de Kim Jong-jin que la FACK decide destinar la mayoría de recursos a impulsar una revolución en el norte de Corea y sur de Manchuria.


    CONSTITUCIÓN Y DEFENSA DE LA REGION AUTONOMA DE SHINMIN



    Según la FACK las condiciones para desarrollar un proyecto revolucionario libertario estaban dadas en la región sur de la Manchuria china lindante con el norte de Corea.

    La región de Manchuria fue disputada a lo largo de la historia por reyes y gobernantes japoneses, rusos, chinos y coreanos. La misma, hasta la invasión definitiva del ejército japonés, era una zona agrícola especial para los cultivos de grandes planicies en tierra fértil donde el arroz y el maíz eran algunas de las producciones agrícolas más importantes.
        
    Luego de la extensión de las vías del ferrocarril hasta Port Arthur (Rusia) la zona comenzó a ser cada vez más un terreno de disputa militar para las potencias de oriente.

    Las clases dominantes de Japón, que estaban viviendo para 1920 un momento de auge y crecimiento económico y de expansión territorial para su imperio decidieron abocarse a la conquista permanente de toda Manchuria con el fin de controlar políticamente las áreas hostiles en disputa y de esta forma poder expandir cada vez más su mercado e industria hacia la región.

    La zona precisa donde se sientan las bases de la Comuna Autónoma de Shinmin se localizaba donde había estado alguna vez Younggotap, la capital del viejo reino Balhae y actualmente Jilin -una de las tres provincias chinas de la región de Manchuria (o Dongbei Pingyuan en chino). La misma era una zona donde residía gran parte de la población coreana exiliada -que superaban los 2 millones-. Aprovechando el componente netamente rural de la población, el plan inicial de la gesta comunal era la de conformar colectividades campesinas voluntarias en donde la educación sería accesible para los menores de 18 años. Para los mayores responsables se garantizaría la alfabetización y un apoyo educativo.[15]

    Varios veteranos de guerra ya habían comprometido su apoyo para la posible incursión libertadora. Uno de los mismos era el general Kim Jwa-jin, un comandante relativamente joven con 39 años y a la vez experimentado militar conocido por su hazaña en la batalla de Chingsanli contra el ejército japonés diez años antes.

    “Baekya”, como se lo apodaba a Kim Jwa-jin, además de tener un compromiso para independizar a Corea del imperio nippon, poseía por sobre todas las cosas una vocación de lucha por la libertad expresada desde temprana edad cuando a los 18 años quema los archivos de registro de esclavos, liberando a 50 familias que posteriormente ocuparon tierras. Ese hecho marcó la primera liberación contemporánea de esclavos en Corea.  Además años mas tarde fundaría la Escuela de Homyeong, dedicada a convocar a los sectores mas castigados de Corea a participar de la enseñanza a través de una educación racionalista. 

    Kim Jwa-jin va a ser convocado siempre por las distintas facciones independentistas para brindar apoyo militar. Sin embargo decidió apostar políticamente al proyecto de la FACK, y hacia 1929, junto a otros generales como Lee Bom-sok, disolvió el Ejército del Norte y pasó a defender -como General del ejército de autodefensa- la zona liberada de Shinmin, erigida ya en Provincia Autónoma sin un Estado central. Su papel en ese momento fue el de comandar el aspecto militar de la resistencia de los habitantes de la comuna. Sin embargo su inquietud por la cuestión social lo hizo acercarse al proyecto emancipatorio bien de adentro. 

    En este contexto de resistencia armada y revolución social es que se constituye en agosto de 1929 el Consejo o Asamblea para el Autogobierno de los Coreanos en Manchuria -AACM-(Han-jok Cha-ji Ryong-hap-hoe). Esta era una asociación administrativa basada en un “acuerdo con el principio de libre federación sustentada en la libertad espontánea del hombre”.[16] Este tipo de administración que tenía poco que ver con la conformación de un Nuevo Estado -como era el planteamiento a esa altura del marxismo y otras corrientes- permitió a millones de habitantes constituirse en una organización descentralizada y federal. Sus principios eran  completamente antagónicos al capitalismo y al socialismo de estado y adquirió ciertos niveles de complejidad a medida que se fue estructurando territorial e internamente.

    La relación entre las diferentes comunidades y el sistema de decisión de cada una de ellas requirió de la puesta en práctica de una especie de federalismo libertario a través de la constitución de 3 niveles de consejos: Consejos Municipales o de Aldeas (de acuerdo a cada localidad), Consejos Distritales (de un conjunto de localidades muy cercanas) y Consejos de Área o Regionales (que abarcaba la región con el conjunto de Distritos). De esta manera se eliminó la estructura del Estado central, los Estados regionales y Estados locales y se promovieron juntas de decisión de democracia directa.

    En las problemáticas laborales-productivas y en la planificación de la economía y el aprovechamiento de los bienes sociales y recursos naturales se practicaron novedosas formas de funcionamiento en base a los diferentes ámbitos de trabajo. En este sentido, no sin inconvenientes, se llegó a practicar la autogestión campesina en gran parte de los servicios públicos y las plantaciones de arroz y maíz. En esta instancia a través de delegaciones de la AACM (mediante fondos recaudados seguramente a través de expropiaciones en la ciudad) llegaban grandes molinos para procesar arroz, algunos hasta para 1000 toneladas lo cual representaba todo un avance tecnológico para la comunidad rural.

    Cada necesidad vital o problemática social requirió del armado de nuevos concejos para resolverlo según los interesados: Concejos de Agricultura, de Educación, de Finanzas, de Propaganda, de Asuntos Militares, de Juventud, de Salud Pública, entre otros.

    Si bien la idea original fue que a través de la formación, la sociedad en su conjunto iba a practicar de manera conciente las diferentes fases y niveles del federalismo, el acotado tiempo de la guerra en la región apuró la formación de esas estructuras. Un ejemplo muy frecuente de ello era el traslado de delegados de un municipio a otro para instar a organizar rápido los concejos y asambleas del pueblo, pretendiendo que se elija expeditivamente un delegado para la AACM. De este modo es lógico pensar que no se podía producir un proceso paulatino de experimentación y praxis militante adecuado para el sostenimiento político de una revolución social.

    A través de los escritos no se pudo observar claramente cual fue el papel de la mujer en la comuna. Las únicas referencias que hubo fue que debían hacer el trabajo de contrabando de armas para el ejército guerrillero y la constante propaganda administrativa.



    OCASO DE UN SUEÑO EMANCIPATORIO



    El desarrollo organizativo y la expansión de la Comuna de Shinmin hicieron que los estalinistas coreanos y la burguesía nacionalista pro-japonesa empezaran a ver con malos ojos este nuevo ensayo. Los bolcheviques veían sobre todo en la AACM una amenaza que cooptaba “sus bases populares”. Los sectores cercanos a Yu Rim querían salir a dar batalla al estalinismo para prever contingencias a futuro.#_ftn17 Los guerrilleros alineados al comandante Kim Jwa-Jin sostenían que la disputa con el marxismo se iba a dar una vez dada la independencia.

    El 24 de enero de 1930 cuando Kim Jwa-jin –ya de 41 años- ayudaba a reparar un molino de arroz, según dicen financiado por los anarquistas, un militante estalinista de la Juventud del PC Coreano lo asesinó a sangre fría. Luego del asesinato de Kim, la FACK empezó a destinar a todos sus militantes repartidos en Corea, China y Japón a concentrarse en la zona de la Comuna. Lo mismo ocurrió con todos los recursos.

    A partir de ese momento simultáneamente las tropas japonesas empezaron a atacar de manera sistemática desde el frente sur y las tropas estalinistas apoyadas por la URSS y el PC Chino (antes aliado de la FACK) desde el frente norte.

    Hacia 1931 los estalinistas comenzaron a enviar infiltrados para asesinar a los referentes de la FACK. A mediados de ese año matan a Kim Jong-jin, ideólogo de la Comuna y referente de la FACK. Los comunistas creían que asesinando a los referentes anarquistas (según ellos dirigentes) la comuna no tardaría en caer. 

    El ejército comunista a pesar de haber llevado a cabo los asesinatos selectivos perdió terreno frente a las tropas japonesas hacia fines de 1932. Para fines de ese año el imperio japonés había tomado el control de toda Manchuria, convirtiéndola en un Estado títere imponiéndole al viejo emperador Puyi como gobernante.

    Luego de la caída definitiva de los últimos poblados de la Comuna en  1932, numerosos militantes tuvieron que huir de la persecución que había de parte del ejército japonés pero también de los bolcheviques. Baek Jeong-gi permaneció en la clandestinidad organizando los “Cuerpos de Independencia de Izquierda” hasta que fue detenido y encarcelado por las tropas imperiales en la prisión de Nagasaki donde moriría de neumonía crónica hacia 1934.

    Yu Rim, aquel referente de la juventud anarquista, fue encarcelado por 5 años y luego exiliado en China. Posteriormente volvería a dar pelea durante la dictadura nacionalista de Corea del Sur.

    El resto de la militancia de la FACK fue perseguida cuando no aniquilada por toda la península.

    La misma zona donde existió durante tres años la Comuna de Shinmin recibió la migración de empresarios japoneses que instauraron un desarrollo comercial, minero e industrial.

    La población sobreviviente a las masacres del ejército japonés y los estalinistas comenzó a vivir un régimen de esclavitud, desnutrición y hostigamiento. Inclusive se llegó a denunciar que las empresas japonesas asentadas en el lugar fusilaban a los obreros que se encontraban enfermos para evitar gastos en salud.

    No será sino hasta 1945 que el anarquismo coreano verá renacer de las cenizas un cúmulo organizativo en Seúl a través de la fundación de la Federación por la Construcción de una Sociedad Libre que promovía el control obrero de las fábricas.

    Las huellas que ha dejado esta experiencia de revolución social al norte de Corea no cierran un capítulo de la historia del anarquismo en el sudeste asiático, sino más bien abren interrogantes acerca de los logros producidos durante el proceso de colectivización rural con una  participación de 2 millones de pobladores. Si bien la experiencia duró aproximadamente treinta meses y se desarrolló en un área comparable a la Provincia de Misiones (Argentina) creemos que son validos los intentos por recrear hechos tan poco conocidos y difundidos por la cultura y la información occidental. Menos que menos si se trata de impulso anarquista.

    Durante la investigación -aún abierta- se vienen haciendo intentos de profundizar la comunicación y el intercambio de archivos y datos con diferentes entidades y personas en la actualidad que han trabajado sobre el tema. Una barrera representa claramente la lejanía geográfica, idiomática, cultural y temporal a la hora de intentar conocer balances contemporáneos hechos por el anarquismo del sudeste asiático. Solo sabemos que uno de los últimos hitos de la historia del anarquismo coreano ha sido la reconstrucción en la década de los 80´ de la federación Anarquista en la parte sur de la península.

    Las corrientes historiográficas de oriente al igual que las de occidente –tanto marxistas como nacionalistas o liberales- han borrado o soslayado las experiencias históricas críticas y antagónicas a la conformación de los Estados nacionales y las construcciones de ciudadanía y nacionalidad requeridas por los sectores del poder hegemónico vigentes hoy en día. No obstante la lucha encarada por los anarquistas hoy, no solo debemos contraponer un proyecto libertario como alternativa al sistema de dominio sino también recuperar del olvido procesos y proyectos emancipatorios propios en donde se proponían cambios sociales sin atajos ni cascaras vacías de libertad. La sociedad igualitaria que proponía la FACK y que fue plasmada por la AACM no llegó a prosperar fruto de su incapacidad por defenderla a mediano plazo. Seguramente no se hubiera podido frenar militarmente el avance de un imperio en expansión política y económica, tomando en cuenta que sólo la Segunda Guerra Mundial fraticida -y luego de 10 años- pudo hacerlo hasta cierto punto. Sin embargo la experiencia de esta revolución libertaria a la coreana queda en el bagaje de la historia de nuestra clase y debe ser conocida y debatida, y obviamente profundizada. Los cortos 20 años de revoluciones de impulso libertario (1917-1936), sus de alcances, aciertos y fracasos, deben servirnos hoy de guía e inspiración a la hora de activar, reflexionar y poner en marcha un cambio social que definitivamente logre poner en funcionamiento una sociedad sin jerarquías. En ese camino creemos estar al igual que nuestros viejos compañeros de la FACK.




    FUENTES 



    · Ponencia de Alain MacSimoin, del Workers Solidarity Movement de Irlanda. Septiembre de 1991, Dublin.
    · Ha Ki-rak “History of the Korean anarchist movement”, Seoul, 1986.
    · Efemérides del Ateneu Llibertari Estel Negre de las Islas Baleares. http://estelnegre.balearweb.net/
    · Revista Libero Internacional, (sobre anarquismo en el sudeste asiático). Números 1, 2 y 3.
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    · Kim Il-sung. "With the Century", Foreign Languages Publishing House, Pyongyang, Corea del Norte, 1994.
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    · Graham, R. “Anarchism: A Documentary History of Libertarian Ideas, Vol.1: From Anarchy to Anarchism 300 CE to 1939”. Montreal. Black Rose Books 2005.




    [1] Kim Il-sung. "With the Century", Foreign Languages Publishing House, Pyongyang, Corea del Norte, 1994.



    [2] Graham, R. (Ed.) (2005) Anarchism: A Documentary History of Libertarian Ideas, Vol.1: From Anarchy to Anarchism (300 CE to 1939) Montreal: Black Rose Books



    [3] Park Yeol (1902-1974) junto a Kaneko Fumiko, su pareja, fue encarcelado acusado de atentado contra el emperador Hiroito de Japón en el año 23´. Luego de 22 años, en el 45´ le otorgan la libertad. 



    [4] Ha Ki-rak “History of the Korean anarchist movement”, Seoul, 1986.



    [5] Ponencia de Alain MacSimoin, del Workers Solidarity Movement de Irlanda. Septiembre de 1991, Dublin; y Ha Ki-rak “History of the Korean anarchist movement”, Seoul, 1986.



    [6] Los cinco militantes son Yun Woo-yeol, Ha Eun-sa, An Byong-hoe, Yang Myoung y Lee Yoon-jae.



    [7] Ponencia de Alain MacSimoin, del Workers Solidarity Movement de Irlanda. Septiembre de 1991, Dublin; y Ha Ki-rak “History of the Korean anarchist movement”, Seoul, 1986.



    [8] Algunos de los militantes detenidos fueron Yun Yong-wha, Lee In-ha, Lee Eun-song y Kim Soon-hee entre otros.



    [9] Algunos de los artistas detenidos por la policía política japonesa eran Kwon O-don, An Byeong-ki, Kim Hak-won, Jeong Jin-bok, Seo Jeong-ki y Kim Hyeon-kuk entre otros.



    [10] Ha Ki-rak “History of the Korean anarchist movement”, Seoul, 1986.



    [11] Shin Chae-ho es apresado en 1928 cuando se encontraba realizando expropiaciones para financiar la lucha política y social. Muere solo y enfermo en la prisión de Lushun en 1936. (Nota anarkismo.net: Sobre Shin Chae-ho consultar el siguiente artículo biográfico: "Shin Chae-ho: el Kõtoku de Corea" disponible en http://anarkismo.net/article/17888)



    [12] Ha Ki-rak “History of the Korean anarchist movement”, Seoul, 1986. (Nota anarkismo.net: El manifiesto íntegro traducido al castellano, con introducción histórica, puede consultarse en http://anarkismo.net/article/18343)



    [13] Ibidem. Es interesante recalcar cómo en la década del 20 ya el anarquismo empieza a hablar de un poder popular.



    [14] Ibidem.



    [15] Ibidem.



    [16]          Ibidem.



    [17] Yu Rim (1894-1961) fué referente de las juventudes libertarias en Corea. Editó junto a Shin Chae-ho y Kim Chang-suk el periódico “Chon-go” desde su exilio en China.



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