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Una Lectura Sobre Las Idas Y Venidas Del Chavismo Y De Chávez

category venezuela / colombia | la izquierda | opinión / análisis author Monday March 10, 2014 11:58author by Steven Crux - Acción Libertariaauthor email stevencrux at riseup dot net Report this post to the editors

Publicado originalmente en la tercera edición del periódico Acción Libertaria // Abril 2013

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Una Lectura Sobre las Idas y Venidas del Chavismo y de Chávez

Publicado originalmente en la tercera edición del periódico Acción Libertaria // Abril 2013

Sin la participación de fuerzas locales, sin una organización desde abajo de los trabajadores y campesinos por ellos mismos es imposible construir una nueva vida”- Carta de Kropotkin a Lenin

Ya ha pasado un par de semanas desde que el comandante Hugo Rafael Chávez Frías, presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, falleció. Empiezo el presente texto con una frase de un viejo revolucionario ruso donde denunciaba al partido bolchevique como responsable de la asfixia que sufrían los órganos de autogobierno, no permitiendo el libre andar de la revolución social, pero tiene un significado más especial esta frase: Chávez leyó esta carta públicamente en un tono “fraternal” hacia las ideas libertarias. Hace poco le escuche decir a un amigo “El tiempo nos dirá si en Venezuela verdaderamente se construyo poder popular”, partiendo de una concepción anarquista del Poder Popular como una serie de prácticas autónomas de la institucionalidad, el Estado y cualquier forma de autoridad, siendo así, el proceso bolivariano deja mucho que pensar y varias dudas en el tintero, entonces ¿En verdad el chavismo (gubernamental o de base extra-institucional) ha construido Poder Popular en Venezuela? En ese orden de ideas nace este texto como una visión libertaria más desde América Latina, pretendiendo aprender, criticar y retroalimentar ese camino que tejió Chávez, comprendiendo el momento y trazando líneas de lucha, sin embargo exista una distancia con aquellas posturas que tienen en mente “los aciertos y los desaciertos del chavismo”, quedándose solo en anotar los logros alcanzados en estos últimos 14 años por el gobierno Bolivariano y a veces poco en señalar el carácter para nada libertario del mismo.

Del mismo modo, a partir de una serie de reflexiones críticas que nos permitan tener una serie de elementos para responder a la anterior pregunta, debemos analizar varios fenómenos que han venido ocurriendo tras el fallecimiento de Chávez, entre ellos la aparición de síntesis “anarco-chavistas” y la “derechización” de sectores de la ortodoxia libertaria que no pueden responder a la coyuntura más que con postulados anacrónicos, sectarios y poco serios, empero, es de entender que estas expresiones no aparecen por generación espontánea sino que se han venido gestando a partir del caminar del chavismo y los ladridos del imperialismo en América Latina, donde el anarquismo ha venido gestándose en medio de todo este escenario, rechazando limitarse a ser una burbuja hermética donde la realidad no nos toca. Nace la necesidad de escribir estas palabras:

¿Qué ha significado Chávez para el movimiento popular venezolano y latinoamericano?

La revolución bolivariana sería algo similar –pero en menor medida- a lo que hace más de 50 años atrás significo la revolución cubana para las luchas antiimperialistas y los movimientos sociales de nuestra América: Un fuerte despertador en medio de una guerra entre el silencio y gritos de rebelión, viéndose reflejado en las lecturas que aparecen desde sectores libertarios, así como también su retumbar sacude diversos sectores populares en nuestra América. Empecemos por mencionar sus aportes desde esta perspectiva:

I. ¿Qué le aporto Chávez el movimiento popular?

El chavismo guiado por la figura político-militar del Comandante Chávez, puso sobre la mesa en América un tema que si bien se había tratado a nivel regional o nacional por momentos coyunturales concretos no había trascendido hacia un internacionalismo de los pueblos oprimidos en esta latitud del mundo desde hace un poco más de 20 años: la unidad latinoamericana como bandera de lucha; Al igual que entre los años 60’s y 80’s, hoy se posiciona esta no solo desde los sectores institucionales sino también en los movimientos populares de base. Siguiendo esta línea, la lucha contra el imperialismo norteamericano y sus escuderos en nuestros países ha adquirido nuevos niveles de confrontación, muestra de ello han sido los diversos intentos de golpe de estado, magnicidio y sabotajes mediáticos al gobierno venezolano por parte de paramilitares de nuestro país aliados con la derecha venezolana y financiados por el monstruo del norte.

Por otro lado, un tema bastante polémico que será tratado tangencialmente para ser desarrollado después con sus criticas, es la participación ciudadana en el debate político: el desarrollo del pensamiento crítico y el nivel de conciencia de clase adquirido durante la era Chávez, el cual permite abrir cientos de puertas para nosotras como revolucionarias antiautoritarias y la aplicación de un programa libertario al interior de las luchas sociales. Hemos visto como gran parte de Venezuela se ha volcado a las calles no solo para llorar la muerte del comandante sino que también ha enarbolado aun más alto consignas de resistencia social, he ahí un caldo de cultivo para la inserción social ácrata.

II. Puntos de critica el Chavismo desde el anarquismo

Sin embargo, y para ver allá de las críticas no mencionadas en textos de compañeras ácratas, es preciso hacer una reflexión bastante profunda sobre los desaciertos del chavismo. Antes que nada es preciso distinguir dos chavismos: el primero autoritario, estatal y burocrático, propio de los líderes militares pero también civiles dentro del gobierno bolivariano, y otro que con la lucha en el corazón, trabaja con las clases populares en pro de la construcción socialista de la revolución, este ultimo propio de gran parte de las bases; centrándonos en el primer caso, resolvamos algunos puntos:

Con respecto a las supuestas mejoras materiales durante la era Chávez es importante entender que como anarquistas no negamos que la legislación y la burocracia estatal pueden traer beneficios para las clases populares durante momentos específicos, como bien lo decía Louise Michel, aun así debemos tener presente que ello no responde a la lógica de un gobierno “revolucionario” o “benévolo con el pueblo” sino por lo general al avance socio-cultural de la humanidad (el desarrollo venezolano no es muy diferente al de países del cono sur, siendo estos dirigidos por tendencias mucho más reformistas) o producto de la lucha de clases que inclina la balanza a nuestro favor. Argumentos como la disminución de la pobreza, los bajos niveles de analfabetismo o el aumento del empleo son también razones que pueden exponer Santos, Piñera, Castro, Obama o Mújica para defender sus gestiones, entonces ¿Ha habido un cambio económico REVOLUCIONARIO a favor de las clases populares? ¿O simplemente son una serie de reformas a paso lento, mientras la burocracia chavista aumento de talla rápidamente?

Hemos escuchado por diferentes medios de comunicación la fuerte democracia o, por el contrario, la falta de participación política en Venezuela, y para colmo de males compañeras libertarias han utilizado el argumento de la baja abstención en las elecciones presidenciales y las victorias rotundas del chavismo en las urnas para defender a capa y espada en ultimas, un Estado, sin embargo una duda asalta el momento: ¿Cuál es el contraste entre la democracia venezolana a la burguesa de países como el nuestro?: Un sistema basado en la acción indirecta, la limitación de la expresión desde abajo y el partidismo no es muy diferente al sufragio en Colombia, en EE.UU. o en China, y menos sentido aun tiene utilizar este argumento electoralista para defender desde el anarquismo a Chávez, en esa tónica podríamos decir entonces que las libertarias debemos defender la expresión del pueblo en las urnas, ¿Acaso el pueblo trabajador colombiano no vota por Uribe y Santos en las elecciones, arrasando otros candidatos menos derechistas o de izquierda?, y ello nos lleva a otras dudas: ¿La abstención se debe a un nivel de conciencia antiestatal o una apatía impuesta culturalmente en nuestras mentes? ¿No es convocado el pueblo venezolano a las urnas de la misma manera que el circo electoral lo hace alrededor del mundo? Este argumento puede ser válido para legitimar las reelecciones de Chávez (sin posibilidad de cambiar por lo menos el rostro en el tarjetón) desde una postura socialdemócrata, de izquierda autoritaria o inclusive desde el liberalismo, pero nunca desde una perspectiva libertaria.

Y habiendo mencionado el tema de la reelección es necesario no dejar pasar otro aspecto: el descomunal culto a la personalidad, y a una personalidad militar. Al igual que en los tiempos del bolchevismo y su producto, el estalinismo, la defensa del “guía de la revolución” impuesta por el aparato propagandístico estatal no le hace bien a la construcción de alternativas autónomas, de hecho esta obsesión colectiva por la figura de Chávez ha adquirido niveles religiosos donde el comandante intercede ante el fantasma divino para que el Papa sea latinoamericano, mientras al mejor estilo de una paloma bendiciéndose a Jesús en su bautizo se aparece en nuestro mundo en forma de ave silbándole a la campaña presidencial de Maduro. En esa línea, para nosotras como anarquistas es importante la edificación de alternativas desde el pueblo y para sí mismo, por ello rechazamos el protagonismo sobresaturado, más aun cuando se elabora un programa político y una ideología en torno a un apellido y no desde la acumulación política desde abajo.

No bastando con todo esto se dificulta la construcción de estas alternativas revolucionarias extra institucionales, los únicos cambios para mejorar las condiciones de vida deben estar enmarcados dentro de los programas sociales de la burocracia gubernamental. Para la concepción bolivariana del poder popular, este debe ser impulsado de arriba a abajo, como en el caso de los concejos comunales o de trabajadoras -pensados en principio como órganos de autogestión y que hoy no han prosperado como tal-, su ritmo depende de que tan rápido opera la excesiva burocracia y no de su propia gestión, y de hecho las formulas de colectivización son enemigas del proceso chavista, así lo declaraba la ministra para comunas: “[las] cooperativas deben ser enfrentadas”.; es importante anotar también que a diferencia de otros procesos de recuperación de fabricas, el chavismo ha impulsado un extraño control obrero sobre medios de producción desde su mismas entrañas, la autogestión impulsada y controlada por el Estado y la nacionalización bajo control obrero de algunas empresas; podríamos pensar entonces que destino tendrán estos órganos de autoorganización popular, que para nosotras son gérmenes que destruirán el Estado, si es él mismo quien los mantiene y se alimenta propagandísticamente de sus logros.

En el plano económico, la sobreexplotación de recursos naturales y de las trabajadoras venezolanas no ha desaparecido, de hecho no parece disminuir, mientras las condiciones de vida no son muy diferentes a las de economías neoliberales como la nuestra y los parásitos sociales ligados al aparato estatal siguen alimentándose del sudor de las oprimidas y la extracción minero-energética, o ¿Acaso los líderes políticos de la “revolución” sufrían con el pueblo los limitantes de la construcción del “poder popular”?. El respeto de Chávez hacia la propiedad privada, incluso disfrazándola de nacionalización, mantuvo la concentración de medios de producción en manos del Estado (no muy diferente a la antigua URSS), atacando directamente cualquier intento de expropiación colectiva y autogestión económica o política.

Para mantener todo esto el chavismo se vio en la necesidad de recurrir a mecanismos propios de un sistema capitalista tales como la militarización (carrera armamentista, continuación del servicio militar como “deber” y aumento del pie de fuerza en lugares de conflictos sociales) y la represión a la protesta social que se manifiesta desde una posición revolucionaria disidente del chavismo, muestra de ello es el acoso a indígenas que no quieran abandonar sus territorios ancestrales, habiendo terminado esto en encarcelamientos y asesinatos de líderes nativos. También recurrió a la vieja política donde la estrategia y las alianzas tácticas le permitían la supervivencia de una nueva clase dominante -la corrupta boli-burguesía- por encima de los valores socialistas y revolucionarios: no olvidemos que nuestro peor enemigo era el mejor amigo de Chávez, o el respaldo público a regímenes que reprimieron la demanda de cambios radicales, tal es el caso de Gadafi en Libia o Bashar al Assad en Siria.

III. Repercusiones del Fallecimiento del Comandante dentro del Anarquismo

Tras el fallecimiento de Chávez han sido innumerables las opiniones generadas en las calles, organizaciones, medios de comunicación y en Internet. Varias compañeras libertarias se han pronunciado al respecto también, encontrándonos con posturas que debemos revisar, analizar y criticar:

Por un lado se hallan panfletos, más o menos derechistas, que no hacen una reflexión seria sobre la revolución bolivariana, y que si no tienen una imagen o firma ácrata podríamos confundirlos con un pasquín caprilista. Más triste aun es cuando el asunto se vuelve una cuestión de atacar al chavismo por no ser anarquista, desde sectores que nunca han estado insertos en las luchas populares y que, por el contrario, desde afuera de ellas y en una posición cómoda se resguardan de las barricadas, donde el ideario libertario sea perfecto, etéreo y limpio de impurezas. Este tipo de postura no construye nada para el anarquismo revolucionario.

Y en otra percepción, bastante desilusionante para varias de nosotras, compañeras anarquistas de renombre han optado por un apoyo crítico (que de apoyo termina siendo mucho y de crítico poco) al proceso bolivariano: la reproducción de un lenguaje propio de este nacionalismo revolucionario (“Patria o Muerte” por ejemplo), la asimilación de su programa dentro de la plataforma de lucha anarquista y la falta de reflexiones sobre los errores (que a veces son naturales pero que también son estructurales y voluntarios) dan a entender un acercamiento al bolivarianismo, incluso por fuera de las fronteras venezolanas: ¿Podría ser el nacimiento de un “chavismo libertario”, similar al “anarco-bolchevismo” en la primera mitad del siglo XX? Esta postura a mi parecer, que si bien aporta políticamente, apunta para otro lado.

Para poder avanzar desde esta autocrítica es importante primero pensar políticamente en la construcción de una organización anarquista revolucionaria de intensión nacional en Venezuela, pensamiento que también ha rondado en la cabeza de varias compañeras y han venido tejiendo proyectos similares.

IV. ¿Qué le queda al pueblo venezolano y al anarquismo organizado allí?

¿Y qué le queda al pueblo venezolano?: Con esta serie de elementos, podríamos llegar a una rápida conclusión: la muerte del líder es un hecho, es hora de mirar al horizonte y pensar cómo podemos arrebatarle nuestra libertad a la clase dominante. Las anarquistas debemos estar insertas en las luchas sociales que se dan en los lugares donde estamos, militando activamente para dinamizar los procesos de autonomía y confrontación a la autoridad.

El desafío directo a cualquier forma de Estado, como horizonte estratégico, debe convertirse en una bandera de lucha que levante el pueblo venezolano en esta coyuntura, sin que ello involucre una abstención ciega que le deje el plato servido a la derecha, pero que tampoco se traduzca en el fortalecimiento de la legitimidad del aparato estatal bolivariano: No dejar avanzar una contrarrevolución mientras se radicaliza el camino que ya inicio Chávez. La táctica concreta para ello debe ser la edificación de un verdadero poder popular sobre los endebles cimientos que existe hasta el momento, no negando lo ya hecho pero tampoco continuando un legado corrupto, autoritario y desigual.

Entonces se hace precisa también la formación de líneas de defensa contra la derecha venezolana y el imperialismo norteamericano, sin que ello involucre un apoyo total al gobierno chavista, por el contrario, la utilización de banderas y un programa construido desde las clases populares y por fuera del Estado deben ser los pasos a seguir de ahora en adelante, y si ello no se hace de manera efectiva y rápida podríamos estar ante un escenario donde la oligarquía volverá al poder, cerrando muchas posibilidades para nosotras; Llamamos entonces a no hacer caso al circo electoral, viéndolo solo como un teatro táctico que permita garantizar la continuidad del trabajo de base y contextualizado, sabiendo jugar con no acumularle políticamente a la burocracia chavista: la construcción del poder popular en Venezuela tarde o temprano chocara con el estatismo pseudo-socialista.

Y como en los tiempos en que Kropotkin le escribiría a Lenin, es hora de avanzar hacia una nueva revolución que desafíe el orden oficialista y todos sus desaciertos, barriendo el parasitismo burocrático, el autoritarismo y la desigualdad, destruyendo al Estado y el capital mientras caminamos hacia un horizonte libertario donde ya nadie más derrame una lagrima o una gota de sangre para poder comer.

Steven Crux

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