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Gentrificación y el secuestro inmobiliario del Edificio Gaona en la CDMX

category américa del norte / méxico | workplace struggles | opinión / análisis author Friday March 10, 2017 18:26author by Demián Revart - Ruptura Colectiva (RC)author email en.ruptura.colectiva at gmail dot com Report this post to the editors

¿Seguiremos invisibilizando la situación de los secuestros inmobiliarios que arrebatan el derecho a la vivienda, intercambiándolo por un estilismo progresista de la urbe y unas cuantas plantitas hipster?
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"La cuestión de la vecindad es, a todas luces, fundamental. El vecino es, de forma inmediata, el Otro. Y si las condiciones de convivencia en los suburbios no facilitan la vecindad, es porque este tipo de hábitat ha sido expresamente concebido para impedirla."

(¿Chusma?: A propósito de la quiebra del vínculo social, el final de la integración y la revuelta de otoño de 2005 en Francia, Alessi Dell’Umbria)

Demián Revart

I

De la nostalgia aristocrática al despojo inmobiliario


Las tiranías no se han extinto, sólo cambian de ropaje y de retórica. El fenómeno de la gentrificación responde también a coincidentes momentos históricos en la edificación de la urbe, es la reapropiación de la nostalgia de los grandes propietarios por perpetuar una ciudad aristocrática, valorizada más en la cantidad de pisos de un edificio que en la cantidad de familias que puedan tener un techo sin matarse todos los días trabajando por unos cuantos pesos.

En el caso de la Ciudad de México, uno de los campos de disputa de los que casi no se habla, gira en torno a los viejos edificios porfirianos y neocoloniales –esos de “tamaño-Gulliver” como si se tratara de Liliput- en la delegación Cuauhtémoc, aquellos que con el paso del tiempo –y de la muerte- van despoblándose por las familias privilegiadas que los habitaron hasta quedarse sin dueño, intestados, y en el peor de los casos, sin herederos legítimos que, en todas sus ansias por apropiarse de ese inmueble nostálgico, generan una alianza con empresas inmobiliarias profesionales, líderes partidistas –y sus grupos de choque-, y con algunas instancias gubernamentales que dictan lo-legal en materia de propiedad.

Así, ese retorno coincidente que traza la línea cronológica propietarios-inquilinos-propietarios, tiene que emplear toda su fuerza logística en despojarle al grupo intermedio su derecho de posesión, sirviéndose desde la intimidación gradual hasta el despojo salvaje y violento. En el caso de este texto, ambas maniobras encuentran un punto común en el mismo cántaro.

Al hablar de urbanismo, la atención se enfoca más en el project managament y no en la ética de profesión, es decir, en el valor ético de lo que se construye -o destruye. No hay comparación entre el Museo Guggenheim Bilbao de Frank Gehry y las múltiples obras de remodelación de los brownstones en Bedford-Stuyvesant en Brooklyn. La lógica urbana ya no es de habitar, ahora responde a la siguiente premisa: “mientras más rascacielos, más ‘ciudad’”.

Al sujeto social (la vecindad, el vecino, el inquilino, el barrio o la organización política) se le ha minimizado su icónico papel en las crónicas de gentrificación a lo ancho y largo del mundo, por eso, en este texto recupero de la manera más fiel posible, la explicación de un espacio en disputa en la Ciudad de México.

Resistir vecinalmente ante el despojo no siempre es una escena común, ya que al arriesgar la vivienda –entendida como la propiedad privada más explícita e individualizante- muchos inquilinos prefieren ser desplazados y reiniciar su vida de “borrón y cuenta nueva”, dejando atrás la historia, amigos y espacios en común de su antiguo barrio. Ese es el punto que quiero adelantar como conclusión: la destrucción de la vecindad.

The gentrification process won.

II

El secuestro invisible del Edificio Gaona

1: La historia


El Edificio Gaona está ubicado en Bucareli #80 en la Colonia Centro y consta de 43 departamentos en una superficie de 4852 m2. Es un baluarte histórico en dos sentidos: por el valor arquitectónico que posee -fuertemente exacerbado como “riqueza cultural” mexicana, cuando no deja de ser una propiedad privada- y por todo el contenido que alberga en memorias populares de casi cuatro generaciones al ser uno de los primero edificios multifamiliares del siglo XX. Unos llegaban y otros se iban, se poblaba por distintas familias, se mudaban, regresaban, así ha sido la dinámica desde entonces.

Fue construido en 1923 por el arquitecto Antonio Torres Torrija y mediante la inversión del capital de inversionistas extranjeros y del prestigiado torero Rodolfo Gaona “El Califa de León” –por lo que se le bautiza con su apellido-, sirvió como un multifamiliar de varios departamentos. El 7 de mayo de 1980 se le otorgó el epígrafe institucional de “monumento”, siendo calificado por la Comisión Nacional de Zonas y Monumentos Artísticos como “representativo de su época, de estilo neocolonial y que posee características estéticas relevantes” [1].

Al contrario de lo que diversos investigadores y académicos afirman sobre el edificio como una “alternativa ante la crisis de la vivienda en el México del siglo XX” [2], las familias que allí habitaron no pertenecían a las clases populares, ya que siempre estuvieron dentro del parentesco privilegiado del torero. El retornar nostálgico ocurre tras una oleada de inquilinato y ocupación constante en las décadas subsiguientes.

2: La gentrificación

Dejémonos de datos históricos. ¿Cuál es el conflicto gentrificador en el edificio? Pasó que tras la muerte del torero Gaona, inició una fase de sucesión testamentaria que nunca se concretó. En la década de los 90’s, Fernando Gaona Cabrera –un familiar cercano, mas no un heredero de sangre- se aferró mediante la empresa EDIFICACIONES S.C.P.A. al plan de adueñarse del edificio con la maniobra de desalojar legalmente a sus habitantes, sin embargo, su intento fracasó al no contar con título de propiedad.

En 2013, los vecinos escuchan el rumor de que el edificio estaba en venta, señalando a Alberto Kritzler Ring (socio del arquitecto-magnate Luis Rodrigo Rivero Borrell y su empresa inmobiliaria Reurbano [3]) como uno de los principales “compradores”. Reurbano es uno de los cárteles inmobiliarios más poderosos en el centro de la capital que se autodescribe como “una empresa dedicada al desarrollo inmobiliario en la Ciudad de México cuya filosofía busca la consolidación de procesos de regeneración urbana a través de proyectos auténticos y diferenciados”. Y en efecto, indagando en el sitio web Mexican Architects que muestra distintas obras arquitectónicas en proceso o futura construcción en la Ciudad de México, Reurbano publica el proyecto “Torre Bu-Reurbano”, una lujosa torre cimentada en el predio que hoy ocupa el Edificio Gaona [4]. La regeneración urbana de unos es la miseria de los otros.


3: Una táctica silenciosa


Por la madrugada del 29 de enero de 2014, un grupo de 100 golpeadores armó una trifulca violenta a las afueras del edificio con la intención de expulsar a sus habitantes, varios lograron penetrarlo usando mazos, martillos, cadenas, armas punzocortantes y de fuego, arrojando a la calle muebles y propiedades personales de algunos habitantes. En voz de varios testimonios, se narró que “este representa el tercer intento de desalojo en lo que va del año, por eso se colocaron mantas exigiendo al gobierno de Miguel Ángel Mancera que se respete la ley” [5]. Vecinos que lograron presenciar los hechos, dijeron que el grupo que organizó el acto, aprovechó el día 28 de San Judas Tadeo para convencer a las personas dándoles 500 pesos y armándolos con distintos objetos. Dado el tamaño del inmueble y la resistencia de los habitantes del mismo, el plan se frustró y no obtuvieron los resultados que deseaban.

La acusación de la vecindad a Mancera como cómplice de ese acto no es para nada vacía, al contrario, es extensa y va vinculada a la “recuperación” de más predios y construcciones irregulares que forman parte de la idea de Ciudad Compacta, firmada a principios de 2013 en el acuerdo de las Políticas de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial Sustentable en Materia de Desarrollo Social, Ambiental y Económico del DF (¡vaya nombrecito!).

Un informe investigacional de los vecinos del Gaona documenta que “a raíz del atentado, hubo muchos detenidos; de los cuales 80 llevaron procesos penales. La mayoría salió libre y aproximadamente 10 se encuentran en reclusorios”.

A raíz de este episodio –que sembró altas dosis de terror y atomización entre la comunidad vecinal-, el cártel inmobiliario y asociados iniciaron una pelea contra los habitantes, embistiéndolos con dos principales ganchos al hígado:

1) Hostigamiento judicial. Surgió una serie de demandas civiles anómalas sin sustento legal contra los residentes del inmueble que dan cuenta de un sistema judicial altamente corrupto;

2) Los tres coyotes. La incursión de tres negociadores (Salvador Avendaño Nava, Lauro Herrera Ramón –apoderado legal de EDIFICACIONES – y el alias “Francisco”) que ofrecen de entre 50 a 250 mil pesos -cantidades de dinero que representan una mínima parte del valor real de sus posesiones- para hacerse con todos los cuartos y departamentos;

3) El “Gran Hermano”. La instalación de cámaras de seguridad y vigilancia permanente de la agencia privada Grupo GARE, quienes además de su hostilidad con los residentes, les prohíben la entrada de visitas o familiares y controlan “el área” (el mismo grupo colocó canceles y rejas en todas las entradas al Gaona).

Esta es la trifuerza de su pelea nostálgica que no sólo inserta a los vecinos en un ambiente fatídico y de temor, ya ha provocado el desplazamiento de entre 200 a 220 personas que abandonaron sus viviendas ante el acoso judicial y del “Gran Hermano GARE” desde 2015 a la fecha [6]. A esto me refiero al hablar de un secuestro invisibilizado.

En el primero apartado de este ensayo hablé de una retórica de despojo que se encuentra en constante transformación y con nuevos ropajes, ¿cuál ha sido ésta en el caso del Gaona? Jugar con la ignorancia de las personas, esto, a través de un “discurso científico” en el que se ostentan ante ellos como dueños legítimos; los amenazan con cortarles los servicios –agua y luz-; les exclaman una y otra vez que se pueden “meter en problemas” si llegasen a protestar, personas desconocidas deambulan a fuera de sus departamentos, etc.

Sí, se mostraron aspectos de organización ante esta pelea nostálgica con la formación, en febrero del 2016, de la “Asociación de Vecinos del Edificio en su Conjunto Bucareli #80” teniendo 5 integrantes: Presidenta, Tesorera, Secretaría y 2 Vocales. El suculento goce de poseer unos pesos parasitó a la organización y terminó desvirtuándose, haciendo que las resistencias ahora se gesten familia por familia.

Algunos testimonios narran que cuando “un vecino cae en su juego”, ambas partes firman un “convenio”, aunque realmente es una compra de la posesión de los departamentos disfrazada de entrega jurídica, una compra-venta donde nadie es dueño de nada.

III

Videografía sobre un desalojo

Para inicios de 2017, la suma de familias que se oponen a abandonar el edificio es de nueve. Con el tiempo, la organización vecinal-barrial en la Colonia Juárez se ha expandido considerablemente, por lo que las redes de solidaridad ganan mayor alcance, evitando así algunos desalojos.

A las 15:25 p.m. del 24 febrero, un grupo de golpeadores contratado por Edificaciones en conjunto con Grupo GARE (bajo la orden del cártel de Reurbano) ingresó violentamente al Edificio Gaona con el objetivo de robar y allanar un departamento que ocupa una familia que vive en interior del edificio. Varios vecinos solidarios se opusieron y ejercieron resistencia en el zaguán principal, mientras Elizabeth “La Güera” – quien daba indicaciones como líder del grupo de choque- solicitó por su teléfono celular a más golpeadores para poder ingresar al departamento. Estas personas lograron ingresar a la fuerza, impidiendo la libre estancia y comunicación a los legítimos residentes, privándoles de su libertad por algunos momentos.

Posteriormente, pese a grandes esfuerzos y negativas del Misterio Público (que apunta a una posible colusión con los agresores) se logró finalmente levantar la denuncia por los hechos sucedidos.

Hasta ahí la historia –en deterioro- del Gaona…

https://www.youtube.com/watch?v=4rAsGfLmnPY&t=3s

IV

Un común denominador


Ya sabemos que el fenómeno gentrificador se vive en distintos países del mundo, por lo que no me preocupa por ahora hablar de soluciones globales para problemáticas locales sin antes entender los campos de subjetivación de las guerras de la gentrificación en la CDMX.

En ese sentido, la clave es ubicar y hacerle frente a este secuestrador que responde a un común denominador en la acumulación de predios en la centralidad de la ciudad: Reurbano + Grupo GARE. El 13 de septiembre de 2016, un grupo de personas contratadas por este binomio gentrificador ingresó violentamente al edificio Liverpool #9 en la Colonia Juárez –con enorme prepotencia como en el caso Gaona- sólo que sus golpeadores se limitaron a cortar la luz de los inquilinos[7]. Desde Av. Insurgentes a Bucareli, Reurbano ya se ha apropiado de casi 20 predios; de igual manera, estuvo inmerso en la iniciativa del Corredor “Cultural” Chapultepec, afortunadamente derrotado gracias a la alianza con las colonias Roma, Condesa, Miguel Hidalgo y algunas otras que se unieron a los actos públicos y de propaganda en rechazo al megaproyecto.

¿Seguiremos invisibilizando la situación de los secuestros inmobiliarios que arrebatan el derecho a la vivienda, intercambiándolo por un estilismo progresista de la urbe y unas cuantas plantitas hipster?

A su común denominador, nuestra comunidad barrial-vecinal.



Notas críticas y referencias


[1] “El edificio Gaona, monumento nacional”, Proceso, 31 de mayo de 1980. http://www.proceso.com.mx/128701/el-edificio-gaona-monu...ional

[2] “Edificio Gaona: nostalgia por el México aristocrático”, Vértigo TV, 2012.

[3] Kritzler Ring no aparece solamente como el Registrante del dominio, sino también como el Administrative, Technical y el Biling Contact. Consúltese en: http://whois.domaintools.com/reurbano.mx

[4] Consúltese en: http://www.mexican-architects.com/es/projects/52120_TOR...RBANO

[5] La primera fue el 15 de diciembre de 2013 en la que 100 personas ingresaron a cuatro departamentos y allanaron pertenencias personales; la segunda posiblemente se efectuó en el mismo mes de enero de 2014.

[6] Para finales de 2015, el 50% de la población del edificio ya había abandonado sus departamentos.

[7] Léase el ensayo que escribí sobre este hecho y que logró viralizar al “finísimo” #LordCFE. (Revart, D. “#LordCFE y los caminos de la gentrificación en la Ciudad de México”, Ruptura Colectiva (RC), 14 de septiembre de 2016).

Publicado el 08 de Marzo de 2017 en:

http://rupturacolectiva.com/gentrificacion-y-el-secuest...cdmx/

Related Link: https://www.youtube.com/watch?v=4rAsGfLmnPY&t=3s
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