Un año que se perfila complicado… pero con mucha lucha
Por primera vez en la historia del país, se abre una discusión presupuestal a mitad de un período de gobierno. El Presupuesto fue elaborado por dos años debido según el gobierno a la “volatilidad e inestabilidad internacional”. Ahora se re-discutirá todo o buena parte del mismo. Pero ya el Presidente y el Ministro de Economía han abierto el paraguas de la “prudencia en el gasto”.
Lo interesante es que algunos datos de la economía niegan ese estado de “eterna prudencia” cuando se trata de gastar en áreas sociales. El primer mes del año ha sido de un verdadero “boom” turístico de los sectores de más altos ingresos, las exportaciones han aumentado, el Producto Bruto Interno mantiene un cierto crecimiento… Es decir, hay de dónde obtener recursos para la salud, la enseñanza, generar fuentes de empleo genuinas y permanentes.
Pero para lo que el gobierno no duda en despilfarrar los fondos públicos, donde no hay “prudencia” alguna, es en invertir para que se instalen proyectos de empresas multinacionales, tal es el caso de UPM. Cientos de kilómetros de vías férreas, ampliación del Puerto de Montevideo, sumado a ello, las exoneraciones fiscales a las que renuncia el Estado, nos dicen que será el pueblo uruguayo el que financie la instalación de la segunda planta de este gigante del sector papelero-forestal en el país. Para que sigan saqueando los recursos naturales y nuestra riqueza….
Tampoco se duda en seguir beneficiando al capital financiero con las AFAPS. Los “cincuentones”, toda una generación robada por el capital extranjero, se jubilará cobrando una miseria, mientras las arcas de las empresas del sector desbordan. No hay voluntad del gobierno para cambiar esta política.
En este marco, la distribución de la riqueza continúa en un proceso de expansión de la brecha. Es decir, los ricos son cada vez más ricos, los de abajo somos cada vez más pobres. Los últimos ajustes salariales fueron calculados en base a una inflación del 8,10%, cuando en realidad el promedio anual fue de 9,6%, por lo tanto, se incrementa la pérdida salarial de los trabajadores, en aras de que los números cierren.
Para China nuestro país es un pequeño mercado y no necesita ningún TLC para inundarlo con productos industriales. Pero con el TLC dicha situación aumentará. El problema es que los productos nacionales de diversas industrias como el metal, plástico, caucho, textiles-vestimenta, madera, automotriz- autopartista, etc., no podrán competir – ya no lo hacen o lo hacen a duras penas- con la producción del gigante asiático y dichas industrias se verán en la disyuntiva de cerrar, perdiéndose miles de puestos de trabajo. Es decir, que el TLC con China es un ataque al empleo de la clase obrera uruguaya.
Por otro lado, si aumentar las exportaciones a dicho país, seguramente ingresen más divisas, pero se deberá volcar parte de ellas a financiar los seguros de paros de los trabajadores de las fábricas que cierren. Podrá existir algún nivel de inversión en áreas sociales, pero nos deja en una situación de extrema dependencia y vulnerabilidad. Pero lo fundamental es que la mayor porción de las ganancias por exportaciones va a parar a las arcas de las multinacionales del agro negocio como Dreyfus, Monsanto-Bayer, Cargill o de los frigoríficos extranjeros como JBS.
El TLC con China profundiza la dependencia económica de Uruguay porque:
-continuamos produciendo y exportando materias primas y no se desarrolla ninguna industria, al contrario, cierran
-la economía del país sigue en manos de capitales multinacionales y nacionales vinculados a éstos
-quedamos a expensas de la economía china y aumenta el endeudamiento externo de Uruguay
Parece ser que las negociaciones se han enfriado, debido a que China no quiere problemas con Brasil. Pero si el acuerdo fuera con el Mercosur, las consecuencias para Uruguay serían las mismas.
El gobierno uruguayo casi dejó escapar a Tróccoli, ese militar que se dio el lujo de estudiar en la Facultad de Humanidades para justificar el horror y la barbarie. Trámites demorados, presentaciones fuera de fechas, plazos que se vencen, pruebas que no llegaban, pero más allá de las piedras que intencionadamente se colocaron en el camino, varios hombres y mujeres de buena fe, esperaban abrir una brecha de justicia.
Pero era lógico, un país lejano, que no intervino en el Plan Cóndor, por más que sus víctimas fuesen también ciudadanos italianos, no va a comprarse un lío internacional juzgando a los perros fieles de la potencia mundial durante los años ‘70. No hubo un solo condenado, salvo el “gobernante civil de turno”, con lo cual se vuelve a insistir en la idea de la “obediencia debida”.
Quienes esperaban una solución, este juicio les ha arrojado en la cara nuevamente la más cruda realidad. No hay caminos posibles de verdad y justicia a través de la justicia burguesa; la misma está confeccionada para defender a la burguesía y a quienes hacen su “tarea sucia”. La dictadura y el Plan Cóndor fueron políticas de genocidio.
Política represiva que no terminó con la dictadura. Ahí están los “archivos Castiglioni” para señalarnos que no se terminó con la dictadura militar la investigación, infiltración y espionaje a organizaciones populares – sociales y políticas- pero también a la casta politiquera. Los mismos que estuvieron al frente de la OCOA, fueron los jefes de los servicios de inteligencia en “democracia” y varios archivos y datos continúan sin aparecer. Impunidad, eso han sembrado militares y gobiernos y es una muralla difícil de tirar abajo. Para peor, el robo de informes al GIAF y las amenazas a jueces y fiscales que han venido actuando en causas de DDHH, nos demuestran que están frescos, operando, impunes, los golpistas de ayer y de siempre. Ese aparato militar que sólo sirve para oprimir al pueblo.
Sólo la lucha popular permitirá saber toda la verdad e ir encontrando respuestas al destino de nuestros compañeros que lucharon por una sociedad de igualdad, justicia, fraternidad y desmontar esos “servicios” tan necesarios para el enemigo de clase.
-“Afloje” para evitar mayores luchas de los trabajadores sin otorgar prácticamente nada. Como decíamos, el gobierno tiene aún cierto margen para negociar y otorgar algunas concesiones al movimiento popular y evitar un enfrentamiento con el mismo. Ese margen está condicionado por la situación económica pero también por los sectores reformistas que dirigen el movimiento popular que no están dispuestos a profundizar la lucha, más aún luego de los acontecimientos regionales. Es de destacar que el FA es hoy el único gobierno “progre” del Mercosur y el reformismo no está dispuesto a movilizarse a fondo por miedo a perder las elecciones.
-No se han desarrollado políticas de reformas sino más bien políticas sociales de contención. La distribución realizada de planes sociales y sus variantes si bien han impactado en algo en los sectores más pobres de la sociedad, no han modificado su situación, no han generado empleo estable y que permita elevar el nivel de vida de estos sectores y ni que hablar que no han impactado en la redistribución de la riqueza. Es una política de “parche”, mejorista, pero que evita meterse con alguna arista dura de la problemática social. De hecho, brillan por su ausencia planes de vivienda popular, generación de fuentes de trabajo, y sobre Derechos Humanos ni hablar. Es más, en los barrios más pobres lo que ha aumentado es la presencia de la Guardia Republicana.
En el norte del país, un conjunto de familias vinculada a UTAA han ocupado 250 hectáreas que hace años reclaman al Instituto de Colonización pero éste no las otorgaba. La ocupación trabajará en conjunto con otra ocupación anterior en Colonia España. Tierra para quien la trabaja…
Inpresora Polo vuelve a estar ocupada. Una empresa que está prácticamente en quiebra. Otro ejemplo de pérdida de fuentes laborales pero que viene siendo resistida por la Comisión Interna perteneciente al Sindicato de Artes Gráficas.
También diversos sindicatos comenzaron a movilizarse por reclamos puntuales frente a la aplanadora neoliberal. Lo mismo ha venido desarrollando el movimiento de los Sin Techo y en menor medida el campesinado rural.
Varias luchas se están desarrollando exigiendo desprocesar a varios militantes o cerrar definitivamente las causas judiciales que tienen en su contra. En Porto Alegre, seis compañeros enfrentar juicios por haber participado de las movilizaciones de 2013 por el transporte popular. En Río de Janeiro, continúa preso Rafael Braga, joven negro, pobre, cuida-coches, detenido en las movilizaciones de 2013, a pesar de no haber participado de ellas. Se castiga en él a la mayoría pobre y oprimida de Brasil. También continúa la campaña por su libertad. Continúa a su vez, la lucha para archivar la causa contra cinco dirigentes sindicales del SIMCA (sindicato de los municipales de Cachoerinha, municipio de la periferia de Porto Alegre), luego de haber triunfado en una huelga histórica el año pasado.
Pero más allá del empuje de estas luchas, el reformismo no quiere desperdiciar la oportunidad de volver al gobierno y ya ha lanzado su campaña, luego de haber ido a las elecciones municipales junto con los golpistas. Un sistema corrupto de cabo a rabo intenta cambiar de piel para mantener el dominio de los de arriba.
Es en las calles, en los campos, en las fábricas, en las escuelas, en las periferias pobres de las ciudades que los de abajo están luchando y buscando formas de aglutinar y articular esas luchas. Solo por ese camino es posible construir un pueblo fuerte.