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Feminismo para vencer: Asamblea de Mujeres de La Bandera

category bolivia / peru / ecuador / chile | género | opinión / análisis author Friday March 24, 2017 01:17author by Meribel González - Solidaridad Report this post to the editors

Apuntes y reflexiones sobre la experiencia de construcción territorial en perspectiva feminista

Al llegar al metro San Ramón y tomar la salida sur se abre el parque La Bandera. Es el mismo lugar que sirvió de escenario para cantar las desdichas de pobladores y pobladoras en dictadura, ante la majestuosa presencia del papa Juan Pablo II en 1987. Hoy flanquea contra el cemento imponente de la autopista Vespucio Sur, una cicatriz que cruza Santiago obstaculizando el tránsito libre de población. La calle Almirante Latorre cruza el parque convirtiéndose en una gran pasarela popular donde desfilan hombres y mujeres cansados tras el término de la jornada laboral. Unas cinco cuadras hacia el sur, en la intersección con la calle Riquelme, comienza la unidad vecinal de blocks rojos, que exhiben sus ampliaciones de cinc para responder a la indiferencia de la política de vivienda del Estado. Frente a ellos, se encuentra el Centro Educacional de San Ramón, lugar donde se reúne la Asamblea de Mujeres de La Bandera para realizar sus talleres.
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En esta jornada, se preparan para realizar un debate sobre el aborto que ponga en práctica las herramientas de oratoria aprendidas. Todas tienen historias y edades muy diferentes, salvo por compartir el lugar donde viven o trabajan, su encuentro surge de la necesidad de autoeducarse y establecer espacios de encuentro entre mujeres. Divididas en dos grupos, la actividad comienza con las que deben manifestarse a favor del aborto. Las mujeres que permanecen en el grupo contrario se muestran nerviosas, no encuentran los argumentos racionales para defender su posición y se organizan para apelar a elementos emocionales y morales, hablar del egoísmo, de la bondad, de la maldad, de Dios. La última palabra para defender el derecho al aborto la tiene María, una niña de 9 años que acompaña a su madre a los talleres y que quiso participar del ejercicio. María escuchó con atención todos los argumentos presentados, respiró hondo, se paró firme y mirando a cada una de las mujeres que defendían el derecho a la vida les dijo: “Defiendo el derecho al aborto porque es como cuando tengo que dar una prueba, la responsabilidad de los resultados están en mí y de lo que tengo que hacer con eso, no se puede obligar a la gente a hacer las cosas, siempre depende de una, no sirve de nada cuando nos obligan”. Las mujeres aplaudieron con fuerza, su madre la abraza emocionada, pues sabe que en ella florece una semilla de mujer libre.

Soberanía en nuestros cuerpos y en nuestros territorios

La relevancia que ha tomado el feminismo durante los últimos años en Chile, ha significado replantear una serie de tesis y dogmas incuestionables para la izquierda hasta hace algunas décadas.

En el caso de los territorios, replantear el trabajo desarrollado se ha convertido en una urgencia, ya que la desigualdad entre hombres y mujeres enfrenta dificultades específicas, develando las contradicciones más duras entre el capitalismo y el patriarcado. Y es que a diferencia de cómo se ha impulsado el feminismo en el marco de espacios universitarios, el debate en los territorios es casi inexistente, y el activismo de las redes sociales y los medios de comunicación, posee un impacto marginal.

Al hablar de territorio se hace en una perspectiva mucho más amplia de trabajo que la población. Es un concepto que permite pensar una multiplicidad de comunidades de una misma clase social, que habitan y construyen socialmente un espacio geográfico específico. Esto quiere decir, que tiene la potencialidad de hacer carne su unidad en torno a tareas concretas de tipo multisectorial, ya que allí confluyen estudiantes, trabajadoras/es y pobladoras/es.

En este contexto, nace la Asamblea de Mujeres de La Bandera, con el propósito de nutrir el trabajo territorial en perspectiva feminista, tras el Primer Encuentro de Feminismo Territorial realizado en marzo del 2016.

Desde entonces, han desarrollado un trabajo que busca abordar temáticas vinculadas a los mecanismos de control sobre las mujeres a través de la salud, la sexualidad y el trabajo doméstico. Deconstruir estos saberes impuestos, significa allanar un terreno fértil para cosechar educación, empoderamiento y solidaridad, elementos claves para la organización en los territorios.

Esta política de construcción también apunta a levantar un feminismo que supere el dogmatismo y que tenga un sólido arraigo social, que permita desarrollar su propio fundamento teórico y formación de la comunidad; “La teoría se construye en la calle, el feminismo territorial se aleja de esta visión más académica o eurocentrista, se enfoca en la realidad, patitas en la tierra, trabajar la cotidianidad, buscar allí elementos transformadores”, señala Melania Melis.

De acuerdo a Bárbara Rojas, el feminismo territorial representa un ejercicio de autoconocimiento, de comunicación, que moviliza a las mujeres como un agente colectivo y les permite visibilizar sus problemas como un ejercicio de poder, donde la clave está en que “Lo personal es político, si no hacemos un cambio en lo privado, de forma consiente, nuestro trabajo concreto en el territorio no tendrá sentido”.

Mujer: Clave de revolución


La nueva jornada de la Asamblea comienza con un ejercicio que pone de manifiesto cómo las redes que construyen las mujeres a lo largo de sus vidas; con vecinas, amigas, compañeros y compañeras de trabajo y familia, son cortadas por el círculo de la violencia. Una de las participantes permanece en el centro de la sala mientras una relatora cuenta su historia, y por cada espacio que construyó o personas con las que se vinculó en su vida, se extiende una cuerda hacia otras mujeres que están alrededor, formando una gran red que las une. La relatora da un giro en la historia cuando la protagonista sufre las consecuencias de una relación marcada por la violencia, entonces aparece un hombre que va cortando cada unión, hasta dejarla aislada.

A partir de este ejercicio se inicia un diálogo que busca demostrar la importancia para las mujeres de organizarse, porque pese a que para la política tradicional hablar de la violencia es un aspecto secundario para la lucha política, para las mujeres es de suma relevancia abordarlo para reconstruir confianzas, fortalecer la participación política y ser capaces de enfrentar las prácticas machistas en los espacios donde se desarrollan. Es un proceso reparador que en el caso de los territorios, cobra una relevancia aún mayor, pues es allí donde se devela de manera más brutal la violencia física, la dependencia económica y el maltrato sicológico.

Para fortalecer su trabajo, la Asamblea se encuentra organizando la segunda versión del Encuentro de Feminismo Territorial que se llevará a cabo el próximo 25 de marzo en La Bandera, y que tiene como propósito continuar fortaleciendo las experiencias de trabajo con la comunidad, fortalecer la formación en feminismo y el vínculo entre mujeres de la zona sur.

Este trabajo surge como una necesidad de desarrollar un feminismo diferente, es un trabajo más hormiga, requiere estar todos los días construyendo comunidad. Entendemos que las mujeres más pobres son las que reciben más violencia y eso hace urgente instalar el feminismo en el territorio, promover la sororidad, el respeto, la empatía con la otra, juntarnos, crecer y unir fuerzas.” Señala Melania Melis.

Con la segunda versión del Encuentro también se espera potenciar la retroalimentación de experiencias para la construcción de una política de trabajo que oriente el año que comienza, “Nos paramos desde una perspectiva comunitaria, antipatriarcal y territorial para desarrollar nuestro trabajo político. En la práctica, los talleres que realizamos permiten generar instancias de acercamiento y conocimiento, hay que partir de menos a más. Hay un grupo de iniciativa que está afirmando el espacio para ir construyendo las redes entre los vecinos y vecinas”, agrega Daniela Rojas.

La resistencia masculina a abandonar la idea de que el hombre heterosexual y obrero es el agente revolucionario por excelencia, demuestra su temor a renunciar al dominio sobre la mujer y mantenerla así excluida en la elaboración política para la transformación social. Sin embargo, ellas, unidas y desde todos los espacios sociales, sacuden sus cadenas sin pedir permiso ni esperar que el curso natural de la historia las libere.

Las mujeres organizadas no solo se están fortaleciendo a sí mismas, sino también a sus organizaciones. Están diversificando sus saberes, compartiendo conocimiento y entregando una mirada desde lo individual a lo colectivo. El feminismo busca la transformación de las relaciones sociales para la liberación de las y los oprimidos, hacia allá vamos.” sentencia Claudia Ortega.

La actividad se llevará a cabo el sábado 25 de enero en Barros Luco #9483 (Alpatacal con Tocornal), metro San Ramón. Más información en el http://bit.ly/2nHYlmF y fan page del Movimiento Solidario Vida Digna.

Related Link: http://www.periodico-solidaridad.cl/2017/03/23/feminismo-para-vencer-asamblea-de-mujeres-de-la-bandera/

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