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[Colombia] Comunicado sobre prácticas machistas y violencias de género al interior de nuestra organización

category venezuela / colombia | género | comunicado de prensa author Tuesday June 18, 2019 12:48author by Grupo Libertario Via Libre - 1 of Anarkismo Editorial Groupauthor email grupolibertariovialibre at gmail dot com Report this post to the editors

El Grupo Libertario Vía Libre es una organización política anarquista de la ciudad de Bogotá,Colombia que desde sus inicios se ha definido como una agrupación feminista comprometida con la lucha contra el heteropatriarcado y por la liberación de las mujeres y las disidencias sexuales. En los últimos años, positivamente influidas por el crecimiento del movimiento feminista, hemos apostado por reforzar la construcción y el desarrollo de una política de género, con líneas de trabajo interno y externo, que nos permitan hacerle frente al sexismo, las prácticas machistas y las violencias de género que se reproducen en la sociedad, los movimientos sociales y nuestra propia organización. Así, y como parte del proceso de construcción de dicha política, hemos decidido abordar y tramitar colectivamente casos de prácticas machistas y violencias de género que, lamentablemente, se han presentado en nuestro grupo.

A partir de lo anterior, y como parte de las respuestas que definimos para tratar los casos abordados, hemos decidido escribir este comunicado con el fin de hacer visibles las prácticas y violencias que fueron perpetradas por hombres que hacían parte de nuestra organización y presentar los procesos que se adelantaron en cada uno de estos casos. Además, esbozamos los ejercicios críticos y autocríticos que hemos hecho, así como los aprendizajes y retos que han surgido al hacerle frente, desde lo colectivo, a estas prácticas y violencias machistas.
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El Grupo Libertario Vía Libre es una organización política anarquista de la ciudad de Bogotá,Colombia que desde sus inicios se ha definido como una agrupación feminista comprometida con la lucha contra el heteropatriarcado y por la liberación de las mujeres y las disidencias sexuales. En los últimos años, positivamente influidas por el crecimiento del movimiento feminista, hemos apostado por reforzar la construcción y el desarrollo de una política de género, con líneas de trabajo interno y externo, que nos permitan hacerle frente al sexismo, las prácticas machistas y las violencias de género que se reproducen en la sociedad, los movimientos sociales y nuestra propia organización. Así, y como parte del proceso de construcción de dicha política, hemos decidido abordar y tramitar colectivamente casos de prácticas machistas y violencias de género que, lamentablemente, se han presentado en nuestro grupo.

A partir de lo anterior, y como parte de las respuestas que definimos para tratar los casos abordados, hemos decidido escribir este comunicado con el fin de hacer visibles las prácticas y violencias que fueron perpetradas por hombres que hacían parte de nuestra organización y presentar los procesos que se adelantaron en cada uno de estos casos. Además, esbozamos los ejercicios críticos y autocríticos que hemos hecho, así como los aprendizajes y retos que han surgido al hacerle frente, desde lo colectivo, a estas prácticas y violencias machistas.

En ese sentido, es preciso señalar que, desde el 2017 y hasta la fecha, Vía Libre ha abordado 4 casos de prácticas y violencias machistas por parte de antiguos militantes de nuestra organización que a su vez participaban de organizaciones políticas y sociales del campo estudiantil, educativo popular, territorial, disidencias sexuales y comunicación alternativa. Estas lamentables situaciones han significado un trabajo interno intenso y complejo, que generaron desgastes emocionales en algunas de nuestras compañeras y compañeros. Sin embargo, somos conscientes que abordar colectivamente este tipo de situaciones es la única forma de fortalecer nuestra praxis feminista y de ponerle freno al machismo y a la dominación heteropatriarcal, combatiendo sus expresiones en nuestra organización.

Por otro lado, somos conscientes que en este proceso de construcción de una política de género y de abordaje colectivo de los casos referidos, cometimos diversos errores políticos, metodológicos y éticos y, por eso, presentamos este comunicado, que también es expresión de un ejercicio de autocrítica colectiva y de reconocimiento público de nuestras prácticas irresponsables.

En ese sentido, creemos que es clave hacer un recuento de la experiencia alrededor de la atención de los casos para poder identificar aciertos, equivocaciones, aprendizajes y retos. Creemos que este ejercicio de reconstrucción puede ser un aporte para el activismo en general y las organizaciones políticas y sociales con las que tenemos cercanía en particular. Asimismo, creemos que este ejercicio puede generar debates internos y externos enriquecedores en los procesos sociales y políticos en los que participamos.

Por lo anterior, invitamos a quienes nos leen a desarrollar y continuar con los debates en relación con las prácticas machistas y las violencias de género en la izquierda y el campo popular. Debates abiertos y sinceros que desde siempre han sido necesarios e ineludibles.

1. Caso de violencia física sistemática y prácticas machistas en el marco de una relación sexo-afectiva.

El primer caso que se atendió inició a principios del año 2017 a partir de la denuncia de una situación de violencia física sistemática contra una compañera del grupo. El agresor también era un ex militante de nuestra organización. Ante la gravedad de los hechos decidimos la expulsión inmediata del sujeto. El Rincón Cultural El Caracol, espacio barrial en el que el agresor participaba, también tomó la misma decisión al enterarse de lo sucedido. En su momento, la compañera agredida decidió acudir a instancias institucionales debido a la gravedad del caso y a la incapacidad del grupo de brindarle seguridad efectiva. Sin embargo, Vía Libre acompañó los procesos legales y psicosociales decididos por la compañera, que de forma muy valiosa decidió mantenerse en la organización. (Ver este enlace).

Cabe aclarar que, hasta entonces, Vía Libre no había avanzado en la construcción de protocolos para la atención de violencias o en la constitución de instancias orgánicas funcionales que permitieran abordar situaciones de prácticas machistas o violencias de género. Si bien había algunas reflexiones colectivas al respecto, no fue sino hasta ese momento que se empezaron a dar algunas discusiones sobre la necesidad de crear un espacio específico que pudiera atender este tipo de casos. Se decide entonces generar las “comisiones de género” que serían las instancias encargadas de proponer rutas para el abordaje de casos específicos de violencias y prácticas machistas.

2. Caso de prácticas machistas y violencia de género en el marco de una relación sexo-afectiva.

El segundo caso involucró a Julián López, antiguo militante de la organización con una posición de liderazgo y visibilidad pública en el proyecto político libertario y activista de Acción Libertaria Estudiantil (ALE) y anteriormente del Colectivo de Educación Popular Siembra de la Coordinadora de Procesos de Educación Popular En Lucha, así como de la Corporación de Asistencia Nacional de Desplazados, Indígenas y Campesinos de Colombia (CORANDICOL). La apertura y seguimiento del caso se da por pedido explícito de Julián y de una compañera que, en ese momento, era militante del grupo y quien sostenía, desde hacía algunos años, una relación sexo-afectiva con él. La petición se realiza porque Julián manifiesta que la compañera lo sabotea en los espacios de militancia compartida y la compañera afirma que Julián debe revisar sus prácticas machistas.

A partir de ese momento, se conforma una comisión de género, de carácter mixto y con manejo reservado de la información, en la que participan tres militantes de la organización que, sin embargo, no logran avanzar en el caso. En este punto, es importante mencionar que, en una reunión extraordinaria del grupo y tras dos meses desde que se conformó la comisión, Julián decide salirse del grupo argumentando que se siente perseguido políticamente por compañeras puntuales de Vía Libre y criticando la falta de celeridad en el tratamiento del caso.

Así las cosas, se hace un relevo de la comisión que es asumida por dos nuevas militantes que logran avanzar en la construcción de la estructura de las entrevistas que se le harían a Julián y a la compañera. Sin embargo, este segundo equipo no logra desarrollar las entrevistas y después de un mes de su conformación, se vuelve a hacer un relevo que, en esta oportunidad, estuvo a cargo de una sola persona, la tercera y real responsable del proceso, quien es la que al final realiza las entrevistas y va entregando informes periódicos. Asimismo, nos parece importante precisar que esta persona, tiempo después, ejerció violencias de género contra una familiar y que el caso es presentado en el numeral 4 del presente comunicado, así como las reflexiones que esta situación generó en la organización.

En este punto, queremos reconocer, en primer lugar, las grandes dificultades metodológicas y logísticas que tuvimos a la hora de abordar esta tarea, y la negligencia que mostramos para realizar un proceso continuo y colectivo de investigación. También, reconocemos que como organización generamos desgastes emocionales entre las personas afectadas debido a la poca celeridad y la incapacidad para cumplir con los tiempos establecidos.

Tras varios meses de discusiones internas de los informes presentados por la comisión, se identificó que Julián incurrió en las siguientes prácticas y violencias machistas: manipulación emocional y política, mentiras, violaciones a los acuerdos y engaños basados en la falta de ética del cuidado en lo sexo-afectivo. Asimismo, en la investigación se identificó que, en respuesta a las violencias sufridas, la compañera desarrolló algunas actitudes hostiles que le permitían confrontar a Julián en los espacios de militancia.

A partir de lo anterior, la organización plantea una hoja de ruta que consiste en impulsar espacios de formación con las militantes de Vía Libre sobre violencias de género no explícitas y violencia de género en las relaciones sexo-afectivas y solicitarle a Julián un escrito autocrítico y auto reflexivo en el que precisara las prácticas machistas en las que incurrió y que fueron analizadas en la investigación. El documento sería compartido en los espacios de militancia en los cuales se manifestaron críticas a las prácticas de Julián. Sin embargo, y tras la socialización del informe, Julián plantea críticas metodológicas a la comisión y comparte un texto que escribió para ALE, en la que en paralelo se la había abierto un proceso de investigación también por prácticas machistas. Después de la lectura y discusión del documento, la organización definió que el texto no era una respuesta a la investigación que se realizó y que, además, no era un ejercicio que reconociera las prácticas detalladamente analizadas en el proceso. En ese sentido, pasados tres meses desde la reunión de socialización, en asamblea general la organización toma las siguientes decisiones frente al caso:

a) Socializar la investigación y la resolución de la situación en los espacios donde se había cuestionado las prácticas y comportamientos de Julián. La socialización se haría a través de las comisiones de género de estos espacios.

b) Hacer un ejercicio público de exposición del caso, especificando las razones de la salida de Julián de Vía Libre y los aciertos y desaciertos que tuvimos como organización.

Hacia el final de este largo proceso de investigación y sanción, la compañera involucrada en este caso decidió salirse de la organización. Somos conscientes que los numerosos errores que cometimos para abordar el caso influyeron en esta decisión. Reconocemos los desgastes emocionales que la investigación generó y la responsabilidad que tenemos al haber prolongado la resolución de la misma. También, reconocemos que no fuimos capaces de generar espacios seguros para las implicadas, pues se dio un mal manejo de la información íntima y confidencial, produciéndose filtraciones y rumores que vulneraron los acuerdos de funcionamiento del proceso y revictimizaron a la compañera afectada.

3. Caso de violencia física en una relación sexo-afectiva que se presenta en espacio político.


El tercer caso involucró a Sebastián Giraldo, antiguo militante de la organización y activista de la Federación Sindical Únete y del periódico Desde Abajo, de comunicación alternativa. El mismo ocurrió a mediados del año 2018 en el marco de un evento organizado en el suroccidente del país en el que asistieron diversas organizaciones sociales y populares. La apertura y seguimiento del caso se da porque el implicado le comenta a una persona de la organización la necesidad de socializar una situación de violencia de género que él comete al agredir físicamente, con un codazo y en medio de una discusión, a una compañera con la cual había tenido una relación sexo-afectiva.

Apenas se socializó la situación se convocó a una comisión de investigación de género, compuesta por mujeres y con manejo reservado de la información, que tenía la tarea de profundizar sobre el caso buscando comunicarse con la compañera afectada y generar una hoja de ruta específica. Asimismo, se llega al acuerdo con Sebastián, quien reconoce su falta gravísima y manifiesta su acuerdo con un proceso disciplinario, de realizar la suspensión inmediata de su militancia política y social, centrando sus energías únicamente en el proceso de autocrítica, reparación y deconstrucción1 de prácticas machistas. Esto implicaba la posibilidad de que Sebastián pudiera regresar a la organización siempre y cuando se cumpliera con el proceso de sanción, rectificación y reparación.

Aunque la organización consideró que la violencia física era causal válida de expulsión inmediata, se toma una resolución atenuada, partiendo de factores como la comunicación directa, la actitud autocrítica, el compromiso explícito de reparación y no repetición que tuvo Sebastián, hecho que, sin embargo, no desdicen de la gravedad de lo ocurrido.

La resolución del caso derivó en la continuación de la suspensión inmediata de su militancia social y política y en el inicio de un proceso de reflexión, autocrítica y transformación que, en una primera etapa, se materializaría en la publicación de un texto autocrítico, su participación en el espacio interno de hombres del grupo2 y un proceso de acompañamiento constante. Por su parte, la organización asumió la responsabilidad de sacar un comunicado público frente al caso y comunicarse con la compañera involucrada para vincularla en un proceso de reparación e intercambio en el que la compañera afectada nos manifiesta su interés de no saber nada más de esta dolorosa situación.

Tras el proceso de investigación, la comisión identificó las siguientes prácticas machistas dentro del caso abordado: la situación de violencia física, conductas de agresión y violencia verbal y poco cuidado respecto a la información privada de la compañera. En el desarrollo de este proceso, Sebastián cambió su lugar de residencia por motivos laborales y se mostró en desacuerdo con la sanción de suspensión de la militancia social que decidió continuar en contravía explícita de lo acordado con anterioridad y sancionado como resultado. Ante el incumplimiento del acuerdo, la organización define su salida ante la imposibilidad de cumplir la hoja de ruta propuesta.

Este caso específico trajo distintos retos para el Grupo Libertario Vía Libre, a continuación, esbozamos algunos de ellos:

a) Por primera vez, el militante que comete un acto de violencia de género se acerca a la organización política para exponer su caso puntual, mostrando, en principio, una actitud autocrítica y aceptando el diseño de una hoja de ruta que iniciase la resolución de la situación.

Esto significó contemplar la posibilidad de que un militante con un caso de violencia de género pudiera continuar en la organización si y solo si, daba cumplimiento cabal a la sanción, es decir, siempre y cuando cumpliera con los acuerdos definidos. A partir de allí, se empieza a hablar de la opción de suspensión de la militancia3.

b) Igualmente, es la primera vez que Vía Libre aborda un caso en donde la compañera agredida no tiene una vinculación directa con la organización política ni con ninguna de sus militantes, lo que implicó buscar vías de comunicación alternas que nos permitieran profundizar sobre el caso, intentando hacerla partícipe -en la medida de las posibilidades- en la construcción de la hoja de ruta, buscando generar acuerdos que pasan por tratar de asegurar el anonimato de la misma y un cuidado especial de su información personal. Aunque la compañera afectada decidió no desarrollar un proceso más general, el grupo tuvo la capacidad de contactarla y presentarle su autocrítica y propuesta de reparación.

4. Caso de violencia física en el núcleo familiar.

El tercer caso involucró a Sebastián Patiño, militante de la organización y participante del Colectivo También El Viento de la Coordinadora de Procesos de Educación Popular En Lucha y de la Colectiva Libertaria Severas Flores, de disidencias sexuales. El mismo se da en forma paralela con el caso anterior y fue comunicado por el militante en una asamblea general de la organización. En esta oportunidad, el implicado nos comentó inmediatamente después de sucedido el hecho, que había agredido físicamente, a través de un empujón, un puño y un golpe con un objeto de la cocina, a una integrante de su núcleo familiar en el marco de una discusión.

De manera muy parecida al caso anterior, la organización en común acuerdo con el investigado, quien reconoce su grave error y se muestra dispuesto a participar de un proceso de investigación y sanción organizado alrededor de una comisión de género, decide la suspensión inmediata de su militancia política y social.

De nuevo, aunque reconocimos que el acto de violencia física ameritaba la expulsión inmediata, decidimos optar por una opción atenuada, en razón de la franca actitud autocrítica de Sebastián, quien inmediatamente aceptó su sanción y planteó su completa disposición de atender la hoja de ruta que se propusiera.

Para este caso, la comisión de género se encargaría de hacer el seguimiento de la hoja de ruta propuesta por la organización y de buscar mecanismos de comunicación con su núcleo familiar para poder realizar efectivamente el proceso de acompañamiento, además, de procurar un proceso de reparación con la persona violentada y toda la familia.

La resolución del caso derivó en la suspensión inmediata de la militancia social y política de Sebastián y el inicio de un proceso de reflexión, autocrítica y transformación que, en una primera etapa, se materializaba en la publicación de un texto autocrítico, la asistencia continua a terapia psicológica dado que se identificaba el uso sistemático de la violencia en sus relaciones cotidianas y el abuso de sustancias psicoactivas, así como acoger una propuesta de acompañamiento por parte de las Severas Flores, organización feminista de disidentes sexuales, y la concurrencia al espacio interno de hombres del grupo. Al tiempo se acordó la urgencia de comunicarse con la familiar afectada por la situación, con la idea de conocer su perspectiva y acordar con ella el proceso de autocrítica y reparación que realizaría Sebastián, tarea que lamentablemente no tuvimos la capacidad de realizar.

Tras la investigación, la comisión identificó dentro de las prácticas machistas realizadas: La violencia física, el uso sistemático de la violencia para tramitar conflictos, la agresión verbal contra violentada y la actitud infantilizadora con la que asumió las relaciones con las mujeres de su núcleo familiar. Durante un tiempo se tuvieron algunas reuniones formales con Sebastián que permitieron dar cuenta del proceso que él estaba llevando. Vale la pena resaltar que varios de los compromisos asumidos por él se cumplieron, como la asistencia a sesiones psicológicas, la construcción de varios textos autocríticos y autoreflexivos y la salida de las organizaciones en las que militaba.

No obstante, hubo un importante incumplimiento por parte del sancionado a la resolución de suspensión de su militancia social, al punto de que este entró a ejercer, pasados pocos meses del congelamiento, un liderazgo local en la movilización estudiantil de 2018 y ganar la representación estudiantil del departamento de Diseño Gráfico de la Universidad Nacional sede Bogotá.

Por nuestra parte, reconocemos que la organización incumplió con el compromiso de hacer un acompañamiento permanente, el espacio de hombres que construimos no tuvo ni la regularidad ni el desarrollo necesario y fue poco efectiva en las discusiones internas que permitieran avanzar en la resolución de la situación.

Finalmente, y después de una reunión en la que se evaluaron todos los elementos del caso y se reconoció el avance importante en el proceso de autocrítica y deconstrucción del sancionado, se le pidió a este que renunciara a la representación estudiantil y cumpliera así con el acuerdo de la suspensión. Sin embargo, Sebastián no estuvo de acuerdo y decidió retirarse de Vía Libre y continuar su militancia en el sector estudiantil. Además, se acordó que se seguirá haciendo un proceso de acompañamiento y se haría público el caso a partir de un comunicado de la organización.

Este caso se presenta como uno de los más difíciles para la organización pues involucra a un militante que ejercía liderazgo en las discusiones de género y era un activista público de un colectivo de disidencias sexuales. A continuación, compartimos algunas reflexiones que surgieron durante todo el proceso llevado a cabo:

a) Ninguna persona está exenta de cometer actos de violencia de género, independientemente de su identidad sexual y de género, las reflexiones personales y los procesos de transformación que está llevando a cabo. En ese sentido, si bien se reconoce que Sebastián está atravesado también por la opresión de género en tanto que es disidente sexual, esto no necesariamente lo desliga de sus privilegios ya que ha sido socializado como hombre.

Aunque reconocemos que la opresión a las disidencias sexuales y de género es una arista clave para tener en cuenta y que no puede ser en ningún momento invisibilizada, creemos que es importante reflexionar sobre las prácticas y violencias machistas que también pueden ser reproducidas desde otros lugares de enunciación.

b) Si bien hay una disposición mutua de seguimiento y acompañamiento del caso, la sola voluntad no basta. Es importante la construcción de hojas de rutas claras que evidencien de manera explícita los acuerdos definidos, permitiendo una evaluación constante y rigurosa. Esto puede evitar cometer varios errores que son causados por confusiones y arbitrariedades de ambas partes, especialmente, de la persona sancionada.

c) En este caso concreto, aunque Sebastián cumplió con varios de los acuerdos planteados, el grupo se vio desbordado y no pudo cumplir con un seguimiento juicioso del caso. Es importante que en situaciones similares se evalúe de manera clara las capacidades reales de la organización para realizar un proceso de acompañamiento al agresor. De lo contrario, se deben buscar alternativas u optar por no asumir esta responsabilidad.

d) Hasta ahora ha sido la organización política la que ha decidido sobre los procesos de congelamiento de un militante ante una situación de violencia de género. Sin embargo, vemos la pertinencia y la importancia de dialogar con los otros procesos políticos-sociales y sociales en los que la persona involucrada participa, buscando en lo posible generar acuerdos y hojas de ruta comunes para atender el caso y darle la centralidad que estos requieren.

Es sumamente clave que en todas las organizaciones se comprenda la importancia de asumir estas situaciones de manera colectiva. Sabemos que es difícil asumir este tipo de decisiones cuando los afectos juegan un papel fundamental. Sin embargo, debemos romper con este tipo de complicidades que son el sustento cotidiano de las prácticas machistas y las violencias de género.

e) Aunque hubo acompañamiento psicológico hacia Sebastián, una gran limitante fue que uno de los acompañamientos, y que ha tenido mayor duración, no tiene un enfoque hacia la resolución de casos de violencia con perspectiva de género. La limitante radica en que la psicología hegemónica no identifica las relaciones de género como un factor decisivo en los casos de violencia de los hombres hacia las mujeres y, por el contrario, niegan la centralidad de esta matriz.

f) Independientemente de que la organización decida realizar un proceso de acompañamiento con el agresor, no se debe olvidar que la prioridad y, por tanto, el foco de atención del proceso en su totalidad, es la víctima, que en este caso era una persona que no participaba de espacios políticos y fallamos en contactar. Hay que tener presente que la reparación4 es una de las fases centrales de todo el proceso de atención a casos de violencia de género; hay que volcar la atención en la víctima, negociar y construir con ella las decisiones frente al caso.

5. Autocrítica colectiva

Después de presentar los casos y algunas de las reflexiones que nos dejó su tratamiento, queremos reconocer los errores y las faltas que como organización cometimos en aras de aportar en los procesos de sanación de las compañeras agredidas y de hacer público nuestro ejercicio autocrítico, avanzando así en las transformaciones individuales y colectivas necesarias para hacer del Grupo Libertario Vía Libre un espacio que busca ser feminista, coherente y seguro. En ese sentido, reconocemos y nos dolemos por lo siguiente:

a) En todos los casos fuimos ineficaces en el tratamiento de las situaciones, siendo irresponsables con los procesos de investigación al no respetar los tiempos acordados y al incumplir con las tareas asumidas.

b) En los casos en los que se precisaba no se hizo un acompañamiento efectivo ni colectivo. La labor de acompañamiento fue incipiente y recayó en muy pocas compañeras por lo que no fue asumido como tarea general y colectiva.

c) Fuimos irresponsables con el manejo de la información y, en ese sentido, dificultamos la construcción de espacios seguros. Se filtró información sensible en algunos casos, vulnerando la intimidad de las compañeras.

d) No consolidamos los espacios no mixtos y mixtos de discusión, reflexión y acción frente a las prácticas y violencias machistas, incumpliendo así con una de nuestras apuestas en relación con la política de género de la organización y el tratamiento de los casos.

e) No trabajamos suficiente en la prevención y dejamos pasar situaciones problemáticas donde se presentaban prácticas y actitudes machistas por parte de quienes después fueron agresores y perpetuaron violencias físicas, verbales y psicológicas.

6. Hacia la consolidación de una política de género

Creemos fundamental para superar las graves falencias enunciadas en el recuento de los casos y la autocrítica colectiva que presentamos anteriormente, desarrollar una política de género integral en nuestra organización. Pensamos que esta debe abordar cuestiones como el desarrollo de órganos y espacios especializados que atiendan de manera oportuna y efectiva los casos de prácticas y violencias machistas que puedan presentarse al interior del grupo; la búsqueda de la participación permanente de las mujeres y las disidencias sexuales en espacios de agitación, discusión y proyección política; el reconocimiento y la socialización de labores ligadas al cuidado que pueden tener lugar al interior de nuestra agrupación política; la publicación y la incorporación orgánica del protocolo de prevención y acción frente a las prácticas y violencias machistas que hemos elaborado en el último período; el impulso de procesos de formación, investigación y discusión sobre feminismo; el fortalecimiento de los espacios orgánicos internos de autoreflexión y de construcción en torno a la opresión del sexo-género; y el redoble de nuestro compromiso con el movimiento de mujeres y de disidencias sexuales y nuestra apuesta por el feminismo y la lucha contra la el heteropatriarcado.

Esperamos que este ejercicio autocrítico y autoreflexivo nos ayude a avanzar en la consolidación de las líneas anteriormente expuestas y a generar espacios sinceros de discusión y acción frente a las violencias y prácticas machistas que se presentan al interior de Vía Libre y de los espacios políticos y sociales en los que participamos. Estamos convencidas de seguir en el camino arduo de la revisión y transformación constante de nuestras prácticas y comportamientos, no con una disposición de eterna culpa y flagelación sino con la voluntad y la esperanza de que es posible construir otro tipo de relaciones sociales basadas en la libertad y en la autonomía. Es este un compromiso que asumimos con nosotras mismas y con nuestro proyecto feminista y libertario.

Grupo Libertario Vía Libre.
Junio del 2019. Bogotá, Colombia


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Notas al pie:

1 Entendemos la deconstrucción como un proceso constante y nunca acabado que se materializa en un primer momento en el reconocimiento de las prácticas machistas y que desemboca en estrategias prevención y transformación desde la práctica cotidiana.

2 El espacio interno de hombres surgió como una iniciativa tras los últimos casos de prácticas machistas y violencias de género que habían tenido lugar al interior de la organización. En asamblea general se acordó impulsar este espacio en el segundo semestre de 2018; el mismo pretendía ser un escenario para la reflexión sobre el heteropatriarcado, el machismo, la dominación masculina y los privilegios que de ahí se derivan y que hoy son sustento de la opresión de sexo-género. El espacio interno de hombres también buscaba realizar un proceso de identificación concreta de las prácticas machistas y violencias de género que los militantes reproducen o pueden reproducir en su vida cotidiana. Para evitar el aislamiento y la autocomplacencia en las que pueden incurrir los espacios de hombres, el espacio separado se combinaría con cierta periodicidad con espacios mixtos. Todas estas instancias serían impulsadas por una secretaría de género, y se orientarían en relación con la política de género común de la organización.

3 La suspensión o congelamiento de la militancia no implica necesariamente una expulsión directa. Es una situación en la que se abre la posibilidad del reintegro y la reactivación política dentro del grupo y en los espacios de militancia de los que hacía parte. Para Vía Libre esto significa realizar un acompañamiento y un seguimiento constante del caso y del militante involucrado, para el suspendido implica el compromiso de dedicarse exclusivamente a un proceso de revisión, autocrítica, cambio de prácticas y reparación. Vale aclarar que la organización ha dado estas discusiones en el marco de la atención de los casos abordados por lo que aún nos falta discutir si esta medida es posible de aplicar en todas las situaciones o no. Reconocemos que hemos estado desbordadas y que estas son discusiones centrales pendientes.

4 Aunque actualmente nos falta profundizar sobre esta fase, partimos de reconocer que es un proceso complejo que articula diferentes acciones, dimensiones y tiempos con miras al esclarecimiento de los hechos, la sanción, la reparación y el compromiso de no repetición hacia las víctimas de la violencia de género.

Related Link: https://grupovialibre.org/2019/06/10/comunicado-sobre-practicas-machistas-y-violencias-de-genero-al-interior-de-nuestra-organizacion/

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