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bolivia / peru / ecuador / chile / historia del anarquismo / opinión / análisis Saturday November 07, 2015 07:58 by Militantes del C.U.A.C.   image 1 image
Cuando se formó el Congreso de Unifiación Anarco-Comunista a finales de 1999, teníamos la visión de pasar de los colectivos (casi todos contra-culturales) a una organización que pudiera converitr el pensamiento libertario en acción política al interior de las masas populares. Así como comprendíamos que el movimiento popular chileno debía re-pensarse y re-crearse, el movimiento libertario también tenía que pasar por el mismo proceso para poder cumplir su rol y aportar en este proceso de levantar nuevos referentes en la lucha por la transformación social en el Chile de la post-dictadura. Hacia finales del 2000 comenzamos a pensar cómo poder convertir nuestro entusiasmo revolucionario en una alternativa libertaria. El primer aporte escrito en esa dirección quedó plasmado en un documento elaborado por Mario Celis, que recogía las discusiones de la Comisión de Propaganda, titulado Reestructuración Orgánica del C.U.A.C. (Marzo 2001). Con esa base, aunque con diferencias metodológicas, comenzamos un proceso de organización en lo poblacional, lo estudiantil y lo sindical. Fue en el plano estudiantil donde, quizás, tuvimos los mayores avances y los que más se sostuvieron en el tiempo, aún cuando en los otros dos frentes tuvimos también importantes logros y ganamos en experiencia. Al poco andar, durante el 2001, comenzó a evidenciarse la inadecuación de las estructuras centrales de la organización en relación a lo que estaba ocurriendo en la "periferia", por así decirlo, del C.U.A.C. Por una parte, algunos frentes, sobre todo en el estudiantil, manteníamos importantes niveles de actividad, inserción y organización. Por otra parte, la estructura central de toma de decisiones, la Asamblea, no reflejaba adecuadamente estos cambios ni los trabajos de base que se realizaban. No todos en la organización tenían trabajo de base ni de inserción social, como lo llamábamos, pero desde el espacio de la Asamblea se podía obstaculizar los avances que estaba haciéndose desde la militancia de base. Al poco tiempo, se hicieron evidentes los peores vicios del asambleísmo: que las decisiones las toman los que tienen el tiempo y el aguante para agotar el debate hasta altas horas de la noche, los que pueden estar en todas las reuniones en el centro de la ciudad (las reuniones de la Asamblea, se realizaban en FETRACOMA, organización sindical que nos acogió y sin cuyo apoyo no habríamos podido existir, pero que estaba físicamente muy alejada de muchos de los espacios de militancia concretos que teníamos), y donde se perdía el impuslo y las propuestas de base. Era evidente que la estructura de la Asamblea, como se estaba dando, desgastaba en lugar de aportar a una organización que estaba en franca expansión. Entendíamos que era necesario conservar los elementos centrales de una apuesta asamblearia, fundada en la democracia directa, pero que había que descentralizar la organización, hacerla más dinámica para que respondiera mejor a las exigencias de la nueva fase a la que entraba la organización en pleno auge de la "inserción social". Debíamos, para este efecto, lograr complementar esta necesidad de la asamblea como un espacio abierto, horizontal, participativo de toma de decisiones, con uno de los principios base de nuestra tradición anarco-comunista, el Federalismo. Es así como, desde el Frente Estudiantil, comenzamos a dar debates para poder hacer una propuesta para la re-estructuración orgánica de la organización. Esto nosotros lo sentimos de manera muy fuerte a comienzos del 2002, cuando las tomas universitarias nos impidieron participar de la Asamblea y fue creciendo la distancia con los Frentes. Este debate fue hecho por partes, hasta que en Mayo del 2002 presentamos este documento titulado "Proyecto de Reforma Orgánica del C.U.A.C.". Este documento fue redactado en el Frente Estudiantil, pero en realidad, habían participado en él otros sectores de la organización, por eso no se presentó como documento de Frente. En él, después de un breve diagnóstico de la crisis de la organización, discutíamos algunas propuestas prácticas para dinamizar la organización y hacerla más adecuada para las exigencias de ese entonces. También adelantamos algunas de las observaciones que se venían haciendo en contra de esta reforma, que buscaba fundamentar la organización en sus frentes, descentralizar y hacer, así, una organización más afín al principio federativo anarquista. Siendo una respuesta de carácter fundamentalmente técnico, sabíamos que había una discusión política muy fuerte que se daría a raíz de esta tentativa de reforma. Así fue y finalmente, a partir de esta propuesta, es que comienza el proceso de polarización de posiciones que llevó finalmente a que un sector se escindiera y a que la organización diera un salto cualitativo durante el 2004, transformándose en lo que originalmente fue la Organización Comunista Libertaria (O.C.L.). José Antonio Gutiérrez D.
7 de Noviembre 2015
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Marcha del Primero de Mayo del 2000, Santiago de Chile. Por la Alameda se ven los carteles del CUAC.
bolivia / peru / ecuador / chile / historia del anarquismo / entrevista Saturday November 07, 2015 05:51 by Carlos Pazmiño   image 1 image
Aproximadamente en el año 2007 cuando aún funcionaba la Biblioteca Popular de la Casa del Obrero “Ateneo Libertario” en la ciudad de Quito, recibimos por casualidad el Manifiesto Comunista Libertario de Georges Fontenis, el envío provenía de una pequeña agrupación libertaria argentina que había reeditado el manifiesto a partir de una traducción hecha en Chile. La obra de Fontenis para quienes en esa época nos considerábamos anarquistas puros e inmarcesibles, significó un puñetazo en la cara literalmente. Comprendimos en ese momento, al calor de la inutilidad política que representaban nuestros esfuerzos por “cambiar el mundo” mediante proyecciones de cine, conversatorios, vínculos con tribus urbanas, circuitos de agrupaciones minúsculas sin ninguna participación real en política, que estábamos en cualquier parte menos donde esta se jugaba. En ese entonces la posibilidad desde el anarquismo ecuatoriano para desarrollar un proyecto revolucionario serio era impensable. Meses después de haber devorado el manifiesto, cuyo efecto desde aquel momento hasta el día de hoy ha sido la ruptura con un sector grande pero políticamente insignificante del anarquismo criollo, para quienes la acertada lectura de Fontenis significaba stalinismo, ortodoxia, autoritarismo, etc., recibimos la visita de un compañero de Chile. Dicha visita fue importante en la medida que nos acercábamos a un intento, con sus limitaciones y aciertos, que buscaba pensar el anarquismo en conexión con las luchas del pueblo, desde América Latina. La motivación proveniente de la lectura de Fontenis como de la experiencia chilena del Congreso de Unificación Anarco Comunista (CUAC), se convirtieron en importantes referentes para al menos, en ese momento, sentarnos a pensar "más enserio". No encontrábamos en el anarquismo ecuatoriano con el que nos identificábamos, extinto políticamente desde su primera batalla (el 15 de noviembre de 1922) y continuado por artistas, cantautores sin proyecto o relevancia política en tanto alternativa orgánica, herramientas, experiencia o referentes necesarios para afrontar la tarea de crear una organización revolucionaria de carácter nacional. Evidentemente los años no pasan en vano, de aquella generación de “viejos militantes” poco o nada queda, de hecho muchos de quienes hasta hace algunos años nos identificábamos plenamente anarquistas el contacto con los problemas reales del pueblo y sus organizaciones, así como con lecturas de otros referentes y vertientes teóricas a las que no acudíamos por miedo a “defraudar” a Bakunin (desde una lectura principista de este), ha permitido que superemos visiones idealistas, voluntaristas y nada orgánicas tan patentes de ese anarquismo con el que nos que asumíamos de forma religiosa y necia. Ahora somos tan cercanos a Bakunin como a Marx, a Fontenis como a Gramsci, a Makhno como a Öcalan, así como a pensadores contemporáneos y procesos progresistas que se desarrollan alrededor del mundo. La presente entrevista fue realizada durante 2014 y 2015, empezó en Santiago de Chile en el mes de septiembre, junto a los actos y movilizaciones conmemorando el golpe fascista del 11 de septiembre de 1973, y ha sido finalizada en este septiembre. Recomendamos su lectura sin descuidar las críticas y observaciones, siempre pertinentes, que se puedan realizar; refleja en muchos aspectos el debate actual dentro de las filas libertarias de nuestro país, la necesidad de un referente político de cobertura nacional, instancia que se hace posible hoy, luego de tantos años y equivocaciones.

¡Por el socialismo y la libertad! ¡Arriba los que luchan y los que no luchan!
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